La victoria en el Monumental de Maturín (este) era crucial para la Vinotinto, que nunca fue a una Copa del Mundo en su historia.
Bolivia abrió el marcador para los de casa con un autogol de Héctor Cuellar, cumplidos cinco minutos del pitazo inicial. El goleador Salomón Rondón selló el marcador a los 30.
Venezuela se queda con 18 puntos, cuatro por delante de la Verde, que vuelve a perder lejos de su ventajosa altura.
Los venezolanos parten a Uruguay para la decimosexta fecha, el martes, y cierra en septiembre con choques frente a Argentina, de visitante, y Colombia, en casa.
Bolivia, por su parte, recibirá la semana próxima a la cabizbaja Chile, y cierra la eliminatoria ante Colombia y Brasil.
47 para Rondón
Era quizás el partido más importante de la historia de la selección venezolana, que se mantiene invicta en el Monumental de Maturín, una vez repleto con unas 50.000 personas vestidas todas con camisetas de la Vinotinto.
Los únicos de verde eran los militares encargados de la seguridad. Bolivia vestía de blanco.
Venezuela intentaba encontrar el ritmo del partido cuando Cuéllar abrió el marcador. Fue tras una devolución del volante que parecía controlable para el arquero Guillermo Viscarra, pero este le quitó la vista al balón y lo dejó pasar increíblemente entre las piernas.
Era el estímulo que necesitaban los de casa para arreciar la presión.
Fue un asedio continuado con Rondón en sociedad con Jefferson Savarino, que terminó con el segundo tanto en los pies del máximo goleador de Venezuela: un remate con la izquierda desde el centro del área por bajo, junto al palo izquierdo.
Una pancarta gigante con el "Mano, tengo fe" se desplegó en la tribuna de la barrabrava tras el arco. La popular frase se ha hecho viral ante la posibilidad de llegar al Mundial en Norteamérica.
"¡Venezuela, Venezuela!", gritaba la grada.
Rondón suma 47 goles con la Vinotinto, seis de ellos ante Bolivia.
Yeferson Soteldo entró en el segundo tiempo. Era duda tras una lesión en el muslo izquierdo con su club, el Santos de Neymar. Fue recibido con una ovación.
Bolivia arriesgó al final con par de disparos largos desde fuera del área sin éxito.
Un ensordecedor "¡Oh, oh, Vinotinto soy!", gritaba el Monumental hasta el pitazo final.