El partido prometía ser un atractivo duelo de duplas goleadoras: la formada por Joselu y Braithwaite por parte de un Espanyol que necesitaba imperiosamente la victoria tras dos derrotas consecutivas, y la constituida por Aspas y la joven promesa Gabri Veiga en un Celta en racha que llevaba ocho puntos de 12 posibles en las cuatro últimas jornadas.
La pareja que más acertada estuviera en el RCDE Stadium tenía muchas probabilidades de hacer que su equipo se llevase el gato al agua, y esta vez fue la de canteranos gallegos, que volvieron a dar muestras una jornada más de que de sus botas sale la práctica totalidad del peligro de los suyos.
Comenzó dominando el Espanyol, con más posesión del balón y llegadas al área, pero de momento con poco peligro, solo el que creaba Braithwaite. Todo lo contrario que el Celta, que no pasaba tanto del centro del campo, pero cuando lo hacía era con claridad y Aspas, para celebrar la vuelta a la selección española de Luis de la Fuente, estuvo cerca de abrir el marcador con un bonito taconazo tras un centro raso de Veiga.
Demasiado Veiga-Aspas para el Espanyol
Era un aviso de lo que se veía porque en una contra ejecutada a la perfección por los hombres de Carvalhal mediado el primer tiempo, Carles Pérez encontró al propio Veiga, que se quedó solo tras un gran movimiento de delantero centro de Seferovic arrastrando a su defensor. El de Porriño hizo un control orientado digno de un jugador con su clase, y el disparo posterior con rosca entró por la escuadra por mucho que se estiró Pacheco.
Los celestes trataron de dormir el partido tras el gol, aunque no les sirvió para que el también internacional español Joselu rozara el peligro tras un envío demasiado fuerte de Rubén Sánchez. Los locales pidieron un posible penalti por mano de Hugo Mallo, pero lo que les llegó fue una pena máxima, sí, pero en el otro lado del campo cuando Cabrera arrolló a Carles Pérez de forma clara.
Aspas no se pudo nervioso sino todo lo contrario y marcó el 0-2 justo antes del descanso. Las dos partes de la dupla gallega habían entrado en escena y eso suele ser sinónimo de derrota para el rival.
Pudo ser peor para el Espanyol tras el descanso porque se salvó del tercero de manera casi inexplicable tras las claras ocasiones erradas por De la Torre y por Seferovic, aunque para fallo clamoroso, el de Joselu a la hora de partido. El centrodelantero recibió un pase de la muerte de Rubén Sánchez y, cuando lo más fácil era marcar, estrelló el balón contra el lateral de la portería aunque medio estadio cantó gol, y no era para menos.
Lo siguieron intentando los hombres de Diego Martínez pese a la falta de acierto en los metros finales, aunque sus aficionados estaban más centrados en criticar a la directiva desde la grada y esto no suele acabar bien para el equipo que juega en casa.
Carles Pérez puso la guinda con un golazo
Y menos aún cuando enfrente está un jugador que tiene su día como era el caso de Carles Pérez, que culminó una noche redonda en la que participó en todos los goles celtistas con el suyo propio.
Tras una gran jugada colectiva, Cervi encontró al futbolista cedido por la Roma, que controló con el pecho, amagó y se sacó un chut ajustado para poner el tercero y sentenciar el partido aunque pocos minutos después, Gragera aprovechó un balón muerto en el área a la salida de un córner para dejar el 1-3 final con el que los vigueses sueñan con poder meterse en Europa (están a cuatro puntos del Villarreal, que es sexto), mientras que los barceloneses están al filo del abismo en la decimosexta posición, tan solo un punto por encima de los puestos de descenso.
Jugador flashscore del partido: Carles Pérez.