Usain Bolt (36) es una figura legendaria en la velocidad, pero no siempre tenía claro que ese iba a ser su destino. La pasión de su padre por el deporte, en cambio, provocó que estuviera "muy metido" desde que era un niño. "Jugábamos en la calle, usábamos cualquier cosa, como naranjas para jugar al fútbol. Cualquier cosa con tal de hacer algo", explicó durante la conversación.
Además, hizo referencia al que era su entrenador de críquet, quien le animó para que corriera porque veía su potencial. A partir de ahí, una vez decidió pasar al atletismo, fueron muchas las dificultades: "Me tomó tres o cuatro años para realmente llegar al punto que quería. Eso fue a causa de las lesiones, y mucha gente decía que estaba acabado, que era un fracasado y que no iba a ser profesional. Eso me hizo estar triste por momentos, pero conocer a Glen Mills me hizo volver a las pistas".
Sobre lo sucedido el 16 de agosto de 2009, una fecha única en su carrera, apuntó lo siguiente entre risas: "Recuerdo que hicimos una apuesta con mi entrenador y mi masajista sobre cuán rápido iba a correr. Yo sabía que iba a romper el récord del mundo, porque estaba en muy buena forma y había corrido muy bien durante toda la temporada. Mi apuesta fue 9.54, la de mi entrenador 9.52 y mi masajista dijo 9.56. Él estuvo más cerca, así que se llevó el dinero".
Un posible entrenador a la vista
Las marcas se van superando con el paso de los años, aunque algunas se consiguen antes que otras. Bolt cree que pasará bastante tiempo hasta que alguien mejore la suya: "Creo que el récord de 100m va a ser más difícil de batir porque es más rápido, y si cometes un error durante la carrera, no lo consigues. Es mucho más técnico y por eso pienso que va a durar más".
Muchos esperan que pueda ayudar a profesionales que están donde él se encontraba en tiempos pretéritos: "Ahora estoy enfocado en mis hijos. Están creciendo y lo disfruto, es divertido. Las personas me preguntaban si quería ser entrenador y siempre decía que no tengo paciencia, pero ahora que tengo hijos tengo que tener paciencia y me estoy inclinando a convertirme en entrenador algún día".