Roberto Carballés (30) no pudo con Aslan Karatsev (29) tras cargarse a Holger Rune (20). Pocos esperaban que el danés, cuarto del mundo, pudiera irse tan pronto, pero se encontró demasiado incómodo en una cita que se resolvió en cuatro sets (6-3, 4-6, 6-3 y 6-2), como la última. Era la mejor forma de estrenarse en un Grand Slam, sobre todo después de haber sufrido varios sinsabores, especialmente en torneos de una relevancia menor.
Puede irse satisfecho el canario porque ni mucho menos lo puso fácil ante el ruso. Consciente de lo que había en juego, trató de no perderle la cara al partido en ningún momento. Se sobrepuso a lo ocurrido en la manga inaugural (6-2) para poner así el empate (4-6) y estuvo muy cerca de forzar el quinto set tras haber sucumbido en el tercero (6-3) y en el tiebreak del cuarto (7-6/7-4). Nunca sabremos qué hubiese ocurrido con un triunfo en la dirección contraria en ese desempate.
El saque de Karatsev tuvo una gran incidencia, para bien y para mal, durante el encuentro. Fue capaz de apuntarse una decena de aces y, sin embargo, cometió hasta 14 dobles faltas (por sólo una unidad en ambos registros por parte de su oponente). Sorprenden todavía más dos datos: el de los puntos ganadores (83 a 10 para Aslan) y el de los errores no forzados (46 más por su parte). Está claro, pues, quién llevó el peso del duelo.
Carballés, que no llega a la tercera ronda de un campeonato desde Roma allá por mayo, tiene todavía una oportunidad para resarcirse en compañía de Bernabé Zapata, que perdió de forma contundente (4-6, 1-6 Y 1-6) contra Novak Djokovic, líder del ranking ATP. Ya fuera ambos en la categoría individual, intentarán sumar fuerzas en dobles. Ivan Dodig y Austin Krajicek serán sus rivales por un billete para los dieciseisavos de final.