España empezó con buen pie su trayectoria en la United Cup. No fue nada sencillo, como se podía intuir, pero Alejandro Davidovich y Sara Sorribes hicieron los deberes. Se antojaba necesario ganar para mantener la ilusión en un torneo siempre peculiar al ser de carácter mixto. De hecho, el encuentro de dobles ante Marcelo Melo y Beatriz Haddad Maia, que se resolvió en poco más de hora y media tras parciales de 6-4 y 7-5, fue decisivo.

El malagueño empezó su andadura de la mejor forma posible. Se enfrentraba a un rival que ha crecido durante el 2023 y que aspira a darle un buen puñado de alegrías a Brasil en los próximos años, si bien está aún lejos de las primeras posiciones del ranking ATP (ocupa la 79º plaza). Compitió bastante bien durante la manga inaugural (6-4), aunque no tuvo ninguna oportunidad para romperle el saque a su rival, que se puso por delante en el marcador tras 51 minutos.

Lo que pasó a partir de entonces fue muy diferente, ya que Thiago Seyboth Wild se quedó en blanco (6-0). Salvó hasta tres bolas de partido antes de que se confirmara la derrota, pero el número de salvadas era casi anecdótico a esas alturas. El choque tenía poca historia y el primer punto tenía una clara dirección. Así pues, las bases estaban ya puestas y sólo tocaba esperar a lo que hiciera la jugadora castellonense en su compromiso individual.

Sorribes, en cambio, no fue capaz de imponer su ley frente a Haddad Maia, quien se mostró más efectiva en un tiebreak determinante (6-7/1-7) y en el cual apenas tuvo opciones de incomodar a una tenista que navega en la frontera del top 10 mundial. Luego, la brasileña se mostró muy superior y ganó por 2-6 para forzar el empate, aunque dicho esfuerzo resultó en vano tras sucumbir en pareja junto al veteranísimo Melo.