El número 1 del ranking mundial levantó su octavo trofeo de 2025 tras vencer en la final de Tokio a Taylor Fritz (6-4, 6-4).
Muy poco tuvo que ver el arranque de Carlos Alcaraz con el que exhibió en la semifinal del lunes. En el arranque del duelo por el título del ATP 500 de Tokio ante Taylor Fritz, el español se mostró dominante y llevó el peso del encuentro en todo momento.
En tierra de emperadores, Carlitos demostró que es el mandamás del circuito tenístico mundial, moviendo a su rival de lado a lado hasta la extenuación. Tal fue la superioridad, que el murciano se pudo permitir perder varios puntos de break en la primera manga.
Finalmente, el pupilo de Juan Carlos Ferrero metió una marcha más y en el 5-4 firmó su primer quiebre y lo confirmó en el siguiente juego para llevarse el set inicial por 6-4 en 48 minutos.
En el entretiempo saltaron las alarmas en el lado de Fritz, que solicitó la atención del fisioterapeuta en pista a causa de unos problemas musculares en su muslo izquierdo.
Las dolencias del estadounidense marcaron en buena medida el comienzo de un segundo acto que vio a Alcaraz romper el servicio del número 5 del mundo en el primer juego y consolidarlo con el 2-0, allanando considerablemente el camino hacia el trofeo.
Pese al contratiempo, Fritz peleó al máximo, llegando a romper el saque de su rival cuando sacaba para llevarse el partido con 5-2 en el marcador, dando algo de emoción a la contienda.
Con todo, poco a poco, Carlos fue metiendo presión al norteamericano que, lastrado por su mermado físico, sólo pudo ver como se le escapaba la oportunidad de triunfar ante un jugador que, a día de hoy, parece absolutamente imbatible y reina en el circuito con mano de hierro. El parcial del segundo set fue de 6-4 favorable al español.