El serbio, muy molesto con el trato del público aussie durante sus partidos, tampoco está feliz por las acusaciones que ha recibido por diversos frentes acusándole de fingir sus dolencias.
Hay que recordar que en su partido de cuartos ante Alcaraz, cuando éste se disponía a servir para ganar el primer set, Djokovic pidió la asistencia y se marchó a vestuarios. Como no era la primera vez que hacía algo así, algunos pensaron que su idea era la de romper el ritmo de su oponente. Y así continuaron, con más razón, pensando eso cuando tras volver a la pista y perder ese juego, arrasó al español.
Sin embargo, en la semifinal contra Zverev, después de perder también la primera manga, decidió retirarse por los insoportables dolores que decía padecer. Sus críticos más feroces volvieron a dudar de él, como si estuviera exagerando sus problemas físicos.
La respuesta del balcánico ha sido la de mostrar la imagen de su lesión en una resonancia que le han realizado en Melbourne y que, obviamente, sólo entenderán los especialistas médicos. Pero Nole espera que sean los "expertos" en lesiones deportivas los que la interpreten y juzguen.