Holger Rune era el favorito indiscutible en su partido de segunda ronda. Como octavo del mundo, no parecía que el danés pudiera ser incomodado por un jugador ubicado fuera del top 100. De hecho, había sido invitado por los organizadores, y el día anterior había ganado el primer partido de Grand Slam de su carrera.
Arthur Cazaux aplicó un plan de juego sencillo al principio del partido: se hizo fuerte en el gran saque y firmó dejadas perfectamente controladas. Su rival hizo exactamente lo mismo y forzó el tiebreak, donde el galo se impuso gracias a una mayor dosis de consistencia y agresividad.
A ese primer golpe le siguió un segundo, lo que dejó aturdido a Rune, que perdió el servicio al comienzo del segundo set.
Cazaux aprovechó al máximo su ventaja, apoyándose en una primera bola de calidad, y sólo tuvo que salvar un punto de break en todo el set. Tras una hora y 45 minutos de juego, ganaba por dos 2-0 ante un público cuanto menos sorprendido.
Holger trató de apretar las tuercas y mantuvo la calma en el tercer set, a la espera de una oportunidad, que llegó entonces. Su oponente empezó a mostrar signos de nerviosismo y el castigo fue inmediato. Así, el nórdico recortó distancias y metió presión cuando más necesidad tenía de resurgir.
Ya en el cuarto tramo, Arthur salvó un punto de break cuando vencía por 3-4, lo que resultó determinante para acabar venciendo por 6-7/4-7, 4-6, 6-4 y 6-3. Hazaña sin precedentes para el 112º del mundo, que sorprendió al mundo del tenis.
Las estadísticas del choque están disponibles en Flashscore.