Se conocen desde hace mucho tiempo y han compartido entrenamientos y sesiones de trabajo juntos en las instalaciones de Puente Romano, en Marbella, donde el antiguo número 1 del mundo pasa largas temporadas.
El respeto que le tiene Djokovic a Davidovich viene de ahí. Lo demostró durante el encuentro cuando el tenista malagueño se dobló el tobillo y fue el serbio quien le prestó su toalla para que se limpiara la arcilla de su pierna e incluso fue a buscarle un vaso de hielo.
Y lo demostró también al finalizar el choque. "Habría sido más justo que este partido se decidiera a cuatro sets. Ha sido como un juego del gato y el ratón. Los dos tuvimos opciones, ha sido muy duro. No recuerdo dos sets tan largos, quizá en alguno de mis últimos partidos contra Nadal", expresó.
Ganó en tres mangas, pero ya sólo la primera duró hora y media. De ahí que el balcánico insistera en que "ha sido muy duro. Estoy contento de haber acabado en tres y haber economizado un poco de energía".
Enfrentado con un sector del público
Con quien no está nada contento es con el público francés, o más bien con un sector del mismo. "Hay grupos que adoran abuchear, es irrespetuoso y no lo entiendo. El 99 % de las veces no digo nada, pero a veces, cuando alguien es irrespetuoso, contesto", explicó.