Centro de estadísticas del Alcaraz-Fritz
El saque, o mejor dicho, la falta de seguridad en el mismo, fue la clave del primer set. Si Fritz, un especialista en la materia, cedió dos bolas de break nada más iniciarse el choque, Alcaraz permitió tres, todas salvadas, en su estreno al servicio. En el tercer juego, el americano perdió el suyo, pero el murciano no lo consolidó y copió el rendimiento de su oponente. Se le notaba incómodo.
Con 2-2, ambos se pusieron las pilas, pero Alcaraz pasó por momentos de debilidad cuando tuvo que salvar otras dos pelotas de quiebre con su saque. Necesitaba más intercambios, más peloteos. Salvó la situación momentáneamente, pero continuó renqueando y en la muerte súbita se dejó por el camino otras dos bolas de ruptura, decisivas para que Fritz se llevara ese tie-break por 2-7 y se apuntara el primer set.
Un momento clave en el quinto juego del segundo set
El número uno del mundo enmendó el arte de sacar hasta el quinto juego, en el que volvió a pasar por dificultades: hasta ocho deuces y dos bolas de break hubo en ese instante decisivo, a la postre el punto de inflexión del duelo. Porque Carlos se terminó imponiendo, jugando con más paciencia y cogió la confianza que hasta ahora le había faltado. Se agarró a la superficie dura turinesa, cambió de ritmo, ganó en blanco dos de sus siguientes saques y esperó su oportunidad al resto para equilibrar la balanza llevándose el segundo set por 7-5.
El tercero ya fue rodado para el de El Palmar. Rompió a su rival con el 4-2 y se encaminó hacia la victoria. Pudo conseguirla al resto, cuando dispuso de hasta tres matchballs. Pero Fritz mostró sus cualidades de potencia y mentalidad para evitarlo. Si Alcaraz tenía que ganar, no se lo iba a poner tan fácil. Así que el español recogió el guante, sacó su brazo derecho a pasear y selló el triunfo con un juego en blanco y con la sensación de haber sabido gestionar muy bien las dificultades a las que fue sometido por el norteamericano.