"Para ser un gran profesional, hay que controlar todas las áreas", ha expresado el 'Mosquito' como lección a tener en cuenta para el futuro. 

"Hay que entrenar tres horas durante el día en la pista y luego está el resto del día fuera. Hay que aprender a ser un gran profesional, a entrenar cuando toca, pasárselo bien cuando toca, desconectar cuando toca. En ese aspecto, hay que mejorar ciertas cosas que él las sabe y lo está intentando", ha advertido sobre Alcaraz. 

Pero no hay mucho más que decirle al joven tenista, que ha finalizado segundo en el ránking ATP, sumando casi 2.000 puntos más que en la temporada anterior en un año donde ha ganado Wimbledon y ha llegado a semifinales del US Open y de Roland Garros. 

"El balance es buenísimo. Hemos ganado el Grand Slam que esperábamos menos. Carlos ha conseguido alrededor de 2.000 puntos más sin jugar Australia y eso dice mucho del esfuerzo que ha hecho en cada torneo por sumar y sumar. A partir del US Open hemos bajado un poquito el nivel, y en ese aspecto hay que mejorar, estar más concentrado en lo que es ser profesional todo el tiempo. Pero tiene 20 años, hay que ir madurando". 

Un Djokovic todavía superior

El objetivo de la próxima temporada será el de mejorar esa serie de debilidades. Y seguro que volverá a encontrarse con Djokovic, al que el tiempo parece tratar cada vez mejor. 

"Se me cae la baba viéndolo cuando juega, cómo toca la pelota, cómo se mueve", ha reconocido Ferrero. "Es una barbaridad cómo maneja los tiempos y los momentos calientes del partido. Tiene una calidad impresionante, a la vez que te mete presión absolutamente en todos los puntos. No hay una vez que le veas fallar dos bolas seguidas. Hay que seguir esa estela". 

Así que, después de unas vacaciones, toca volver a entrenar y a pasar muchas horas en la pista pensando no sólo en perfeccionar los golpes sino en madurar mentalmente para desbancar al serbio del número 1 del mundo.