Centro de estadísticas del Alcaraz-Aliassime
La exhibición de Sinner ante De Miñaur en la primera semifinal debió motivar aún más a Alcaraz, si es que no lo estaba ya. Es lo que hay cuando tienes un alter ego que lleva toda la semana exhibiéndose en Turín y que quiere demostrar, más allá de rankings, quién es el verdadero número uno del mundo. Así que el español salió ante Auger-Aliassime muy centrado y con una dosis de efectividad extraordinaria. Para enseñar también músculo. Sin dejar pensar al canadiense, luchando cada bola como si fuera la última y pegando raquetazos a más de 180 km/h., el de El Palmar lo destrozó en el primer set.
Dispuso de tres opciones de break para romperle el saque en el segundo juego, y lo consiguió en el cuarto para colocar un 3-1 y ponerse a servir. FAA quiso reaccionar y tuvo en sus manos una pelota para devolverle el quiebre, pero ahí estuvo el definitivo punto de inflexión: Alcaraz se vistió de inhumano para llegar a todo y consolidar su ventaja con 4-1. Respiró hondo Felix y ganó en blanco su servicio. Aún había esperanza, debió pensar. Pero la ilusión le duró nada porque perdió los dos siguientes juegos quedándose a cero. O mejor dicho, los ganó el español exhibiendo un tenis imparable para cerrar por 6-2 la primera manga.
Mucha más igualdad hubo en la segunda. No porque Alcaraz bajara su ritmo, para nada. Sino porque el de enfrente arriesgó más. Sabía que con golpes normales no iba a tener oportunidades de equilibrar el partido, así que fue al límite en cada acción. Con winners y con menos errores fue ganando confianza, al menos con su saque. De hecho, Aliassime no cedió ni una sola bola para que de nuevo Alcaraz le pudiera romper. Y así llegó al 5-4. Y le tembló la mano al norteamericano. Y Alcaraz no perdona nunca. A la segunda bola de partido, al resto, se clasificó para la finalísima contra Sinner de las ATP Finals al ganar por 6-2 y 6-4.
