Pablo Carreño hizo todo lo posible para resistir las embestidas de un Jakub Mensik que se hizo fuerte con su saque, como refleja el brutal 1-20 en el registros de aces, y acabó sucumbiendo por la vía rápida (5-7 y 4-6). Esta situación obligaba a su compatriota a ganar el segundo partido de individuales; de lo contrario, el adiós a las semifinales era seguro.
Después de que la lógica se impusiera durante un buen rato, lo ocurrido en el sexto juego lo cambió todo, ya que el balear aprovechó la segunda opción de quiebre que se le presentó y dio un gran paso adelante. Tan firme como hasta entonces, el primer punto en disputa cayó hacia su lado sin ningún tipo de suspense (6-3).
La segunda manga no pudo arrancar mejor para Munar, quien rompió el servicio de su rival nada más empezar y confirmó ese buen inicio sin dar opción alguna a su oponente. Aparte de la solvencia del mallorquín, Lehecka tenía en sí mismo a su némesis particular: dominaba de forma clara en golpes ganadores y perdía en similar proporción en cuanto a errores no forzados.

Jiri amenazó con igualar a tres dos veces en una fase clave del encuentro. Incapaz de sacar frutos de ninguna de esas situaciones, el plantel dirigido por Ferrer ganó una vida extra al concretarse el 4-2. Esa sensación de alivio y de calma se transformó en felicidad y euforia cuando Jaume instaló el 6-4.
Así pues, el billete a la siguiente ronda se decidirá en la categoría de dobles, con Pedro Martínez y Marcel Granollers como representantes de una selección que tiene motivos de sobra para seguir creyendo. Al otro lado de la red estarán Machac y Mensik, que sustituye a Pavlasek por la necesidad de victoria.
