Rafa Nadal no ha jugado desde que perdió en la segunda ronda del Abierto de Australia de 2023, sometiéndose a una doble intervención en la cadera. Esto hizo temer que su carrera estuviera acabada, pero volverá a las pistas del Brisbane International a partir del domingo, antes del primer Grand Slam del año. "Me siento bien", dijo el español, que ya ha indicado que esta podría ser su temporada de despedida, en un acto promocional en la ciudad.

"No tengo nada de lo que quejarme. Hoy me siento mucho mejor de lo que esperaba hace un mes, pero para mí es imposible pensar en ganar torneos hoy. Lo que sí es posible es disfrutar de volver a la cancha", explicó.

"No espero gran cosa, sinceramente", apuntó. "Lo único que espero es poder entrar en la pista, sentirme competitivo y dar lo mejor de mí", agregó.

"Nada es imposible"

El 22 veces ganador de Grand Slam ha pasado tiempo en su academia de Kuwait este mes, buscando temperaturas y condiciones similares a las que encontrará en el país de Oceanía. Pero su nivel de entrenamiento ha sido limitado y admitió que sería "un proceso duro al principio". Además, aclaró lo siguiente: "No es que haya estado entrenando a una buena intensidad durante los últimos seis meses. Acabo de entrenar el mes pasado a muy buena intensidad".

"Nada es imposible. Pero para mí, el mero hecho de estar aquí es una victoria, y espero tener la oportunidad de disfrutarla, al igual que los aficionados", espetó Nadal.

El jugador de 37 años se ha quedado por detrás de su archirrival Djokovic en la lista de títulos individuales de Grand Slam, ya que el serbio ha ganado tres este año en su ausencia, elevando su total a un récord de 24. También apuntó que no puede tener "objetivos a muy largo plazo" porque no se ve en las pistas "durante mucho tiempo".

"Pero en mi mente, voy a intentar darme la oportunidad de ser cada vez más competitivo a medida que avance la temporada", concluyó.