Arrancó Alejandro Davidovich (23) con un imponente saque directo para inaugurar el partido, aunque Carlos Alcaraz (19), agresivo desde el inicio y menos brillante de lo habitual, colocó dos puntos de ventaja en el set inaugural (2-0). Apenas habían transcurrido unos minutos desde el arranque y el recital de dejadas y de reveses, en ambas direcciones, era más que evidente. Dos tenistas frescos y con ganas de divertirse ofrecían un gran espectáculo en los cuartos de final del torneo que se disputa en Barcelona.

Pese a que el murciano comenzó a dominar en el marcador desde muy pronto, la sensación es que la diferencia entre uno y otro era muy reducida. Valiente también el malagueño, que estuvo muy cerca de devolverle la jugada en el segundo juego, consiguió recuperar el break perdido en el sexto, un logro que celebró con mucha efusividad. Sin embargo, la alegría le duró bastante poco; perdió el servicio de nuevo y dejó pasar la oportunidad de ponerse por delante en el marcador (4-3).

Estaba todo encaminado para que Alcaraz pusiera la primera piedra en el camino hacia las semifinales, pero cometió una doble falta -repitió poco después en una circunstancia igual- al presentarse en el décimo envite y su rival olió tanta sangre que hasta provocó que dejara escapar el servicio. Todo se decidió en el tie break, condicionado también por las rachas de viento, después de que el descarado Davidovich estuviera a dos bolas de apuntarse el set en repetidas ocasiones.

Davidovich deja huella en Barcelona

Fokina afrontaba el resto del encuentro tocado anímicamente tras caer por 7-5 en el desempate y acariciar el 1-0 en el marcador global. Necesitaba ser práctico y reducir al mínimo los errores no forzados para tener opciones de igualar, aunque siguió usando sus trucos para disfrute del aficionado. Sea como sea, lo intentó sin éxito con seis bolas de break que no pudo concretar y después perdió el servicio en el siguiente juego, de modo que dio un claro paso atrás en su intento por remontar (3-1).

No estará en semis (contra Francisco Cerúndolo o Daniel Evans), pero dejó un punto espectacular para recuperar el saque con una volea que se marchó hacia su lado tras botar en el de su oponente. La ley de la lógica se impuso a partir de entonces, hasta que el jugador costasoleño cometió una nueva doble falta -la segunda para él- y generó dos bolas de partido que Charly tradujo en su tercera victoria consecutiva (6-4), la decimotercera en sus últimos 14 compromisos.

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