El marcador inicial 0-0 a los 20 minutos de juego parecía irreal entre dos equipos separados por un abismo en cuanto a técnica, física y nivel de juego, y el combinado oceánico acabó imponiendo la lógica para derrotar con claridad al sudamericano, con un total de once tries anotados.
"Nos hicieron trabajar muy duro en los primeros 20 minutos, pero fuimos pacientes. No nos frustramos y acabamos siendo recompensados", se felicitó el capitán de Nueva Zelanda, Sam Cane.
Cane también tuvo elogios para su rival: "Uruguay ha estado excepcional en este Mundial, impresionante. He disfrutado mucho con su pasión (por el juego). Hay que felicitarles".
Con este triunfo, los All Blacks suman 15 puntos y se aseguran una de las dos plazas clasificatorias para cuartos de final en el grupo A, mientras que la otra será para el vencedor del Francia-Italia, que se disputará el viernes en Lyon.
Sin embargo, los neozelandeses no tienen garantizada la primera plaza, que será para los galos si derrotan a la Azzurra, aunque la diferencia entre acabar primero o segundo será casi indiferente, ya que en cuartos esperará la vigente campeona mundial, Sudáfrica, o la número 1, Irlanda, salvo que Escocia dé la sorpresa y gane el domingo al XV del Trébol.
Los Teros, por su parte, se despiden de su cuarta participación en un Mundial con una victoria frente a Namibia y dando una buena imagen pese a las derrotas contra Francia, Italia y Nueva Zelanda.
"Nos enfrentamos hoy al mejor equipo del mundo y creo que dimos lo mejor de nosotros, por lo que podemos estar orgullosos", destacó tras el partido el capitán de Los Teros, Andrés Vilaseca, deseando que la actuación en el torneo sirva para "hacer crecer este deporte en Uruguay".
Errores penalizados
Los Teros eran conscientes que los All Blacks son como esos depredadores que aprovechan cualquier mínimo error de sus víctimas para acabar con ellas. Y eso fue lo que sufrieron los uruguayos en la primera parte.
Fueron unos primeros 20 minutos de defensa numantina, que llevaron el marcador a un increíble 0-0 en el ecuador del primer periodo, con Los Teros celebrando un try de Manuel Ardao invalidado porque el charrúa pisó la línea de touch antes de apoyar, al igual que el videoarbitraje anuló dos ensayos neozelandeses.
Pero como un león hambriento, los All Blacks se zamparon a los uruguayos de tres zarpazos, dos de ellos originados en errores propios y el tercero tras una genialidad del fullback Damian McKenzie.
Un placaje alto y un error de manos dieron lugar a dos scrums en la línea de cinco metros y los neozelandeses no perdonaron, con tries de McKenzie y Richie Mo'unga.
El propio Mckenzie, el mejor del partido, protagonizó una de las jugadas del Mundial: con el balón en las manos, pateó hacia delante, corrió más rápido que todos los defensas y con el pie a centímetros del touch, atrapó el oval con una mano y se lo cedió a Will Jordan, que solo tuvo que plantar la pelota en el ingoal rival.
Récord para Whitelock
Cam Roigard logró el cuarto try, sinónimo de bonus ofensivo, para llegar al descanso con 26-0, un resultado abultado, pero para tener idea de la gesta de Uruguay, hace una semana Nueva Zelanda arrolló a Italia, un rival superior a Los Teros, por 96-17, con 49 puntos y siete tries al descanso.
El objetivo de Los Teros en la segunda parte no era otro que seguir dando la cara y caer con honores; y pese a que las oleadas de los hombres de negro parecían por momentos huracanes devastadores, los sudamericanos mantuvieron el tipo casi hasta el final, concediendo otros siete tries (obra de Fletcher Newell, Leicester Fainga'anuku, Mackenzie, Jordan y Tamaiti Williams).
Como estaba previsto, el segunda línea Sam Whitelock jugará su partido 150 con la camiseta negra, 23 de ellos en Copas del Mundo, rompiendo el récord de apariciones de todos los tiempos de su compatriota Richie McCaw y del inglés Jason Leonard.
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