A sus 49 años, Ceni vive su segunda etapa como entrenador del Sao Paulo, donde inició su andadura en 2017, trece meses después de haber colgado las botas como el portero más goleador de la historia del fútbol, con 132 tantos en 25 temporadas.
El exportero es una leyenda viva del gigante de Morumbí, con 16 trofeos alzados, una cifra que lo torna en el más victorioso del club que inmortalizó Telê Santana.
Precisamente Ceni era el capitán del Sao Paulo que ganó el último título internacional, la Sudamericana-2012 contra el Tigre argentino, en una final marcada por graves incidentes entre ambos equipos en el partido de vuelta, jugado en Brasil, y que acabó en el descanso después de que los visitantes se negaran a disputar la segunda mitad.
La Sudamericana 2012 fue el último título de Ceni como jugador y también la última gran conquista del tricolor paulista, que desde entonces entró en una crisis institucional, económica y deportiva de la que aspira salir este sábado cuando choque con Independiente del Valle (ECU) en Córdoba, Argentina.
Desde aquel 2012, Sao Paulo apenas levantó un Campeonato Paulista (2021), muy poco para un elenco tricampeón de la Libertadores, seis veces vencedor del Brasileirao, bicampeón de la Intercontinental y una vez ganador del Mundial de Clubes.
"La presión existe aquí porque es un club gigantesco que no conquista un título internacional. Espero que la mística siga con nosotros para regresar con el título", dijo Ceni.
Preparación europea
Tras retirarse a finales de 2015 del Sao Paulo, único club que defendió, Ceni se tomó un año sabático y viajó a Europa para acabar de formarse como técnico.
Por su identificación, estaba cantado que Ceni regresaría como entrenador, aunque faltaba saber cuándo. Fue a finales de 2016 cuando el mítico exportero fue anunciado a bombo y platillo como nuevo DT del Sao Paulo para 2017.
El regreso del gran ídolo no fue el esperado y fue despedido a principio de julio tras una derrota contra Flamengo. Consciente de que quizás necesitaba un lugar sin tanta presión para iniciarse como técnico, Ceni aceptó una oferta para dirigir al Fortaleza, entonces en la Serie B, en 2018.
Lejos de los grandes focos, Ceni, campeón del mundo con Brasil en 2002, pudo trabajar con tranquilidad y empezar a mostrar su talento en su nuevo rol.
Con Fortaleza logró su primer título en los banquillos, al ganar la Serie B jugando buen fútbol. En 2019, obtuvo la Copa del Nordeste y el Campeonato regional de Ceará antes de aceptar, en agosto, con la temporada ya empezada, una oferta para intentar salvar del descenso al Cruzeiro.
El paso por Belo Horizonte fue fugaz (apenas ocho partidos dirigidos), aunque su buen trabajo en Fortaleza le valió para que el tricolor cearense le reabriera las puertas semanas después de haberlo abandonado.
Ceni clasificó a Fortaleza a una competición internacional (Sudamericana-2020) por primera vez en su historia y cambió por completo la estructura de un club hasta entonces modesto que empezó a sentar sus bases para afincarse en primera división.
Despertar al gigante
El buen trabajo de Ceni en Fortaleza le valió para recibir una oferta del Flamengo, entonces vigente campeón de la Libertadores y de Brasil, y sumido en una crisis deportiva. El exportero enderezó el rumbo y alzó el Brasileirao 2020.
Un mal inicio liguero en 2021 y un ambiente conturbado en el vestuario obligaron al adiós del 'Fla', en julio. En octubre, Sao Paulo lo llamó nuevamente para sustituir al argentino Hernán Crespo.
Ceni salvó el equipo del descenso y logró clasificarlo a la Sudamericana 2022. Este año, la competición se convirtió en su salvación y la del Sao Paulo, lejos del poderío de Palmeiras o Flamengo.
En una temporada muy irregular, en la que la afición llegó a pedir en varias ocasiones su cabeza, el ídolo aguantó la presión y con un equipo muy limitado, logró meterse a la final de la Sudamericana tras una gran remontada en semifinales contra el Atlético Goianiense brasileño.
En Córdoba, Ceni quiere un título continental que devuelva el orgullo a la afición tras años de penurias y que sirva de recomienzo para un club que necesita trofeos para recuperar su lugar entre los grandes de América.