Porque eso es lo que pueden decir los de Quique Setién, que se llevaron un punto y gracias. El Celta fue mejor en la primera mitad, pero no acertó a batir a Reina. Quizás con un 9 puro hubieran tenido más opciones. Pero Larsen estaba en el banquillo. Y curioso, o no, cuando menos estaban llegando, ya con el noruego en el césped, llegó el empate.
Contar con esa variante es una bendición para cualquier entrenador. Como también lo es disponer de un jugador como Gerard Moreno. Le costó entonarse tras su enésima lesión, pero lleva a un nivel excelso desde que se reanudó LaLiga. Ante el Madrid fue una pesadilla responsable de la victoria del Villarreal. Contra el Celta volvió a dibujar acciones de Play Station, aunque la gasolina sólo duró 20 minutos.
No habían pasado ni diez minutos cuando avisó que estaba de dulce. Primero, con un gran centro rematado por Pau Torres que acabó en gol, anulado por el roce del balón en Coquelin. Un par de pestañeos después, se lo guisó y se lo preparó él solito después de que Mandi y Chukwueze le llevaran el balón a sus pies. Su control orientado de espaldas a portería y su remate a bote pronto desde la frontal es para ponerlos en bucle. Nada pudo hacer Marchesín, que se equivocó en la salida de balón, para evitar el golazo de Gerard.
Gabri Veiga-Aspas, qué espectáculo
Con el viento a favor, los de Setién se agarraron al césped de Balaídos estando bien organizados e incluso cediendo, esto sí es extraño, la posesión. Pero en el Celta no son mancos ni cojos y agradecieron esa táctica. Tienen una enorme calidad arriba y cuando Gabri Veiga y Aspas se juntan, saltan chispas… aunque sin hacer fuego.
Una espectacular triangulación celtiña iniciada por Veiga la acabó él mismo en buena posición. Sólo la aparición de Mandi tirándose al suelo evitó que el balón superase a Pepe Reina. Poco después, de nuevo el canterano se asoció con Aspas con un taconazo ‘a lo Guti’. Iago se quitó a su par con un amago de tiro, pero cuando armó el pie derecho, que no es el suyo, delante de Reina, a calidad en su remate bajó muchos enteros.
Era un encuentro movido, con apariciones por bandas, pero sin precisión en el remate local, lo único que les faltaba, lo más importante por otro lado. La paciencia, que sí es una virtud de los de Setién, les devolvió la pelota poco a poco y la sobaron como pocos saben hacer, con Gerard Moreno dando una clase magistral de controles, para ralentizar el ritmo a la espera de algún espacio en los dominios de Marchesín.
Larsen cambió el partido
Se merecía algo más el cuadro vigués después de que el rival, en su único disparo válido, diese en la diana. Y la justicia futbolística, si es que existe, llegó en el ecuador de la segunda mitad. Antes hubo un remate de Morales al palo tras dejada de, quién si no, Gerard Moreno. No pudo cantar gol el Comandante y sí, poco después, el recién incorporado Larsen. Cuando más dificultades tenían los de Carvalhal para encontrar los caminos hacia Reina, cuando más cómodos estaban en defensa los visitantes, Gabri Veiga encontró al noruego y este, superando en velocidad a Pau Torres, sorprendió con un disparo seco al primer palo al veterano guardameta. Lo que es tener un 9 en el campo.
Y Reina salvó al Villarreal
Los celestes se animaron aún más con el empate. Se quedaron con la bola, aparecieron espacios en un rival muy tocado anímicamente, que se vino incomprensiblemente abajo, y rozaron el segundo con varias oportunidades muy claras. Lo tuvo Carles Pérez tras un inoportuno resbalón de Mojica. También Luca de la Torre. Y Unai Núñez con un testarazo impecable. Y Tapia con otro cabezazo que sacó Reina bajo palos. Y otro de Hugo Mallo que también detuvo, enorme, el veteranísimo portero.
Muchas ocasiones, pero ninguna pudo besar las mallas, por lo que el marcador ya no se movió de ese 1-1 amargo para los locales y dulce para un Villarreal que salvó los muebles cuando llevaba media hora con la bandera blanca pidiendo que se acabase el encuentro.
Jugador Flashscore del partido: Pepe Reina (Villarreal).