Nuria Párrizas (31) no sabe todavía lo que es ceder un set en el Open de Australia. Estuvo cerca de que ocurriera contra la brasileña Haddad Maia porque el tie break fue especialmente largo (terminó 11-13), pero se llevó ese y repitió también en el siguiente con mucha más solvencia (2-6). Y este jueves, contra Anastasia Potapova (21) volvió a imponerse por 2-0 en un partido mucho más corto (una hora y 13 minutos).
La primera manga estuvo protagonizada por el intercambio de golpes (y errores) porque se produjeron hasta seis roturas de saque, tres de ellos de forma consecutiva. Entre la locura que protagonizaron ambas, un tremendo desorden sin fin, un espectáculo para el aficionado neutro por el incierto desenlace, Párrizas reinó y llevó hacia su terreno todo este caos tan atractivo. Se acabó imponiendo por 6-3.
Igualar lo del set inaugural parecía mucho más complicado porque incluso queriendo hacerlo resulta difícil de conseguir. Se produjeron menos errores en el segundo y fluyó bastante más (apenas duró media hora). En cualquier caso, la joven Potapova, de diez años menos y 31 puestos por delante en el ranking WTA, precisamente la edad de la granadina, perdió el servicio nada más arrancar (quinto seguido de entre seis juegos hasta entonces) y no logró devolver la jugada en ningún momento. Al final, 6-2 y partido resuelto.
Donna Vekic, a medio camino entre las dos protagonistas del último encuentro en lo que a trayectoria como deportista se refiere (tiene 26 años), será la tercera rival en el Open de Australia. La croata se impuso con muchísimo sufrimiento a Oksana Selekhmeteva en un agónico tie break y se impuso con gran autoridad en el último partido contra la también rusa Liudmila Samsonova, la número 20 del mundo.
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