El icono filipino, de 46 años, se enfrenta al campeón del peso welter del Consejo Mundial de Boxeo, Mario Barrios, en el MGM Grand Garden Arena de Las Vegas, en busca de otro hito que corone su brillante carrera profesional de tres décadas.
Pacquiao sorprendió al mundo del boxeo en mayo cuando anunció que planeaba poner fin a su exilio de cuatro años del deporte para desafiar a Barrios, aprovechando una norma del CMB que permite a los excampeones solicitar un combate inmediato por el título cuando salen de su retiro.
Pacquiao, que al parecer recibirá entre cinco y 10 millones de dólares por la pelea del sábado 19 de julio, dice que su regreso está motivado por su pasión por el deporte y la adrenalina de encabezar una noche de pelea en la Ciudad del Pecado.
"Vuelvo porque echo de menos el boxeo", dijo Pacquiao durante una reciente gira publicitaria. "Especialmente estas situaciones: ser entrevistado, la rueda de prensa, el campo de entrenamiento, todo eso. Lo echaba de menos. Pero ha sido bueno para mí, he descansado mi cuerpo durante cuatro años. Y ahora vuelvo".
Sin embargo, los escépticos han expresado su preocupación de que Pacquiao, cuya última victoria profesional se produjo en 2019, pueda haber mordido más de lo que puede masticar al ejercer su derecho a una oportunidad por el título contra un campeón defensor, Barrios, que es 16 años menor que él y está en el mejor momento de su carrera.
Incluso Freddie Roach, entrenador de Pacquiao desde hace muchos años y que volverá a estar en la esquina del filipino el sábado, admitió que al principio albergaba reservas sobre el enfrentamiento.
"Realmente no quiero verle hacer un regreso, porque creo que ya ha sido grande. Ya ha hecho todo lo que puede hacer", dijo Roach en mayo, antes de que se hiciera oficial el regreso de Pacquiao.
'Malas intenciones'
Los corredores de apuestas se han hecho eco del escepticismo, con Barrios como favorito 4-11 para asestar una novena derrota en la que será la 73ª pelea de la carrera de Pacquiao.
"Estoy bien siendo el no favorito", dijo Pacquiao esta semana en Las Vegas. "He sido el no favorito muchas veces. Siempre doy sorpresas".
Los partidarios de Pacquiao apuntan al físico cincelado del filipino y a su impresionante velocidad de manos como razones para creer que el veterano puede lograr otra memorable victoria en Las Vegas.
Sin embargo, la historia del boxeo está plagada de púgiles veteranos que se mostraron brillantes en los entrenamientos, pero que fueron derrotados por rivales mucho más jóvenes cuando llegó la noche del combate. Muchos en este deporte se han preguntado si Pacquiao podría verse abocado al mismo tipo de paliza que propinó a un envejecido Óscar De La Hoya en 2008.
De La Hoya, que partía como favorito para ganar aquel combate, recibió una contundente paliza a lo largo de ocho asaltos en el que sería el último combate de la carrera del estadounidense. "Quería morir en ese cuadrilátero", reveló De La Hoya años después.
Pacquiao insiste en que los temores que rodean su regreso son exagerados, señalando que su familia apoyó firmemente su decisión de volver a ponerse los guantes. "Estoy agradecido por su preocupación", dijo Pacquiao a la AFP. "Pero la gente que realmente me preocupa es mi familia. Mi familia vio cómo me muevo, vio cómo entreno, vio la condición de mi cuerpo. Me apoyan porque pueden ver el viejo estilo de Pacquiao".
Una victoria suya el sábado le permitiría hacer historia como el primer boxeador en activo que gana un gran título mundial tras ser incluido en el Salón de la Fama del boxeo.
Sin embargo, en su camino se interpone Barrios, quien afirma que el estatus de Pacquiao como uno de los púgiles más queridos de su época no le distraerá de la tarea que tiene entre manos. "Es un tipo difícil de caer mal. Pero al final del día, sabes que es matar o morir", dijo el campeón. "Me quito el sombrero ante Pacquiao por atreverse a ser grande. Pero ahora es mi momento y voy a demostrarlo el sábado. Voy a entrar ahí con malas intenciones y poder en ambas manos. No dudaré en apretar el gatillo".