El entrenador Magnus Brevig, su adjunto Thomas Lobben y un miembro del equipo técnico, Adrian Livelten, están acusados de haber modificado, en violación del reglamento, las combinaciones de los saltadores noruegos para mejorar su rendimiento en el aire.
Magnus Brevig y el diseñador Adrian Livelten fueron grabados con cámara oculta en una habitación en la que los trajes estaban siendo manipulados.
El episodio conllevó la apertura de una investigación, todavía en curso, por la Federación Internacional de Esquí (FIS), que descalificó provisionalmente y suspendió a varios saltadores noruegos.
El 10 de marzo, la Federación Noruega de Esquí había estimado que "la equipación fue manipulada deliberadamente en violación de las reglas de la FIS con el objetivo de obtener una ventaja en la competición".