Se dice que quien da todo lo que tiene no está obligado a más. Canadá, con la mejor generación de futbolistas de su historia liderada por Alphonso Davies, había logrado un hito como era la participación en su segundo Mundial desde el de México 1986, aunque todavía no habían conseguido entrenar su casillero histórico de puntos pese a que se lo habían puesto muy difícil a Bélgica, que solo pudo ganar 1-0 con mucha fortuna, y a Croacia, que tuvo que remontar un gol en contra aunque acabó goleando finalmente. La selección norteamericana, con su Mundial de 2026 en el horizonte, va dando pasos hacia adelante pese a sus tres derrotas en Catar, aunque sin llegar aún al nivel de la clase alta del planeta fútbol pero con un futuro esperanzador.
Precisamente en 1986 se produjo la mejor actuación de Marruecos en un Mundial, cuando se metió en octavos. 36 años es un mundo y por eso, la selección norteafricana estaba decidida a aprovechar su oportunidad de volver a hacer historia en un grupo donde nadie nada un duro por ella al inicio, teniendo en cuenta que el azar del sorteo había determinado que compartiera esta fase con los medallistas de plata y bronce en Rusia 2018, Croacia y Bélgica. Pero su gran rendimiento ante ambos había dejado a los árabes a falta de un solo punto para no tener que depender de diversas carambolas, por lo que lo lógico era que salieran a por todas en el estadio Al Thumama de Doha.
Marruecos quiso sentenciar desde el inicio
Y así fue, aunque posiblemente no contaban con un regalo de bienvenida canadiense que les facilitara tanto las cosas. No se llevaban ni cinco minutos jugados cuando un lío defensivo entre la defensa norteamericana provocó que su portero Milan Borjan le regalara un balón al adversario. Para más inri, el esférico le llegó a los pies del jugador más técnico de los marroquíes, Hakim Ziyech, que tan solo tuvo que elevarlo por encima del guardameta del Estrella Roja con calidad para adelantar a los suyos y calmar un posible nerviosismo norteafricano.
La Canadá de los dos primeros partidos, probablemente por la falta de tensión competitiva ante la imposibilidad de clasificarse, no fue la misma en los primeros instantes del encuentro, con un nivel de intensidad incomparable con el de sus rivales. Este hecho se hizo patente mediada la primera mitad, cuando un balón largo al espacio de Hakimi a Youssef En-Nesyri buscando que el sevillista hiciera la guerra por su cuenta logró sus propósitos, puesto que el atacante marroquí demostró más ambición y le comió la tostada tanto a Victoria como a Miller y, al entrar al área, disparó fuerte y por bajo para batir a Borjan y dejar el encuentro aparentemente sentenciado.
Pero a veces hace falta un pequeño empujoncito para animarte a hacer cosas en la vida. Canadá no había comparecido en el Al Thumama ni se le esperaba, pero cerca del descanso recibió la invitación formal para poder buscar un mejor resultado. El lateral izquierdo canadiense Adekugbe, en una buena galopada que habría firmado su compañero Davies si jugara con su selección en ese puesto y no de comodín por todo el campo, centró al área y el defensor de los Leones del Atlas, Aguerd, trató de cortar el envió con la mala suerte de que tocó el balón con la puntera y se coló en la meta de Bono (que esta vez había podido jugar sin problemas y sin desaparecer misteriosamente como contra Bélgica).
Canadá no vio premiado su esfuerzo
El caso es que el 1-2, junto con un gol anulado a En-Nesyri por fuera de juego del propio Aguerd, dio un giro de 180 grados al partido, en una de esas situaciones imprevisibles que tiene el fútbol y que le convierte en el deporte rey. Tras la reanudación después del descanso se vio otro encuentro. Canadá, ya que se lo habían puesto en bandeja, salió a por todas para lograr su ansiado primer punto mundialista en su historia. “Hemos demostrado que podemos competir contra los mejores”, decía en la previa su seleccionador John Herdman, y así fue.
El monólogo y el asedio fue constante por parte de los Maple Leafs, que estuvieron a punto de lograr el empate con un cabezazo de Hutchinson a la salida de un saque de esquina. El balón, tras rebotar en el larguero, botó sobre la línea de meta y la mala fortuna hizo que tan solo media parte del esférico, unos 35 centímetros, entrara en la portería, por lo que el sistema de detección automática de goles (DAG) no envió ningún aviso al colegiado brasileño Raphael Claus.
Marruecos se limitó a esperar agazapada con las líneas bien juntas (el trabajo defensivo de En-Nesyri fue notable en este tramo) y tratar de buscar algún contragolpe con un ojo puesto en el partido entre Croacia y Bélgica, que podría haber obligado a los de Walid Regragui a buscar otro gol, aunque finalmente no hizo falta porque el duelo europeo acabó con empate sin goles, por lo que los Leones del Atlas demostraron que no van de farol en Catar y se medirán en octavos de final al segundo clasificado del Grupo E (el de España), pero por lo visto hasta la fecha, no tienen motivos para temer a nadie.
Jugador Flashscore del partido: En-Nesyri.
Aquí puedes consultar las estadísticas del Canadá-Marruecos.