Según El País, el motivo que tiene la Fiscalía para pedir la testificación de ambos entrenadores es aclarar hasta qué punto eran útiles los informes por los que el Barça pagó 7,3 millones de euros a Enríquez Negreira entre 2001 y 2018 y 450.120 euros entre 2016 y 2018 a Soccercam, la empresa del coach Javier Enríquez, hijo del exvicepresidente del Comité Técnico de Árbitros.
Aunque la Fiscalía, en la denuncia que presentó el pasado viernes, concluía que la intención del club catalán con esos pagos era la de amañar los partidos para verse favorecido en la competición, las otras partes aseguran que lo que se buscaba eran arbitrajes neutrales que no les perjucasen, por lo que esos informes podían valer para conocer cómo actuaba cada árbitro de LaLiga.
Como explica el citado medio, los informes verbales de Negreira no están acreditados, al contrario que los de su hijo, que entregaba cada semana uno escrito y un DVD en el que se analizaba el comportamiento de los árbitros. El propio Txingurri Valverde aseguró hace pocas fechas en rueda de prensa que no sabía "ni que existían" dichos informes.
En caso de que Joaquín Aguirre, titular del juzgado de instrucción número 1 de Barcelona, admita a trámite la denuncia del Ministerio Fiscal (es también él quien debe admitir o no la que el colegiado Estrada Fernández le puso a Negreira y a su hijo), tanto Valverde, que fue entrenador del Barça entre 2017 y 2020, como Luis Enrique, que lo fue entre 2014 y 2017 y que no se ha pronunciado todavía sobre el caso, deberán declarar como testigos con la obligación de decir la verdad a las preguntas de todas las partes para no incurrir en falso testimonio.