A 10 meses de la Copa del Mundo, México todavía no se desvive por el pedacito que le tocará vivir en su suelo. Ensimismados por la habitual corrupción de sus políticos y los problemas sociales de siempre, los mexicanos no han sentido, en general, la fiebre mundialista que se espera emerger a estas alturas en un país anfitrión.
Pero, además de los problemas rutinarios y domésticos, también está el hecho de que los futboleros mexicanos no han terminado de aceptar que, de los 104 partidos que tendrá el primer Mundial de 48 equipos, tan sólo 14 se jugarán en México, repartidos entre sus tres sedes: Ciudad de México, Guadalajara y Monterrey.
Un contexto que la FIFA no esperaba al regresar la máxima justa deportiva del planeta a un país futbolero desde Brasil en 2014, a pesar de darle a México una pizca de cotejos. Consciente de que debe impulsar el júbilo a una de las aficiones más emblemáticas y que más arrastre tiene en cada Copa del Mundo, el máximo organismo del fútbol le otorgará el privilegio de recibir cuatro partidos de repechaje mundialista, dos en Guadalajara y otro par en Monterrey.
Al mismo tiempo que la FIFA le da un mimo a al ofendida afición mexicana, al mismo tiempo pretende que sea una prueba para las sedes respecto a los estándares de logística y seguridad que sus estándares establece.
Fue el propio gobernador de Nuevo León, Samuel García, quien anunció en redes sociales la decisión de la FIFA para Monterrey: “Amanecimos con buenas noticias: Nuevo León será sede de otro juego de repechaje del Mundial. Cinco juegos oficiales en la mejor sede”. Se espera que las autoridades de Jalisco oficialicen la decisión de la FIFA sobre los nuevos partidos que se disputarán en el Estadio Akron del Club Deportivo Guadalajara.
En total, serán seis selecciones las que en marzo se concentrarán en Guadalajara y Monterrey, una por cada confederación que conforma a la FIFA. Los dos mejores ubicados en el ranking del organismo pasarán cada uno a una final. Los otros cuatro disputarán un cotejo de eliminación directa para sacar a los otros dos finalistas. El ganador de cada una de las finales accederá a la Copa del Mundo.
Se espera que esta noticia alimente el ánimo de una afición adormilada en su habitual espíritu mundialista fervoroso y que en marzo ya se pueda sentir un ambiente acorde a la histórica tercera Copa del Mundo que México organizará en su historia y en el que se espera que el Tri tenga una actuación sobresaliente que perdure para toda la vida.