Palabras mayores las de ponerse a la altura de Severiano Ballesteros. Pero así es Jon Rahm, que se encuentra tocado por las varitas de los dioses del golf como demostró en el último día del torneo. No siempre aparece su mejor toque, pero cuando lo hace es una delicia comprobar lo que es capaz de hacer con los palos. 

En Madrid firmó en un mágico último recorrido 62 golpes, o lo que es lo mismo, ocho por debajo del par. Y con esa tarjeta completó un -25 en los cuatro días, récord histórico del Open de España. 

Es su segunda victoria del año después de la obtenida en el Open de México allá por el mes de mayo. No está siendo la mejor de sus temporadas, pero incluso en los momentos no tan buenos el de Barrika reluce. Ya lleva ocho campeonatos en el DP World Tour y 15 a nivel internacional. 

El día empezó bien. Tuvo un hoyo uno complicado que terminó salvando con un putt casi imposible. Y eso le dio una confianza que le hizo ver el hoyo más grande que ninguno de sus rivales. A falta de cuatro para el final, en en 14, Rahm ya tenía la victoria en el bolsillo. La tercera en un torneo que le pone a la altura del recordado Ballesteros.