Ja Morant (23), que ya ha dejado atrás los ocho encuentros de sanción, está de regreso. Podría haber disputado el choque ante la franquicia de Dallas, pero acababa de regresar tras algo más de dos semanas inactivo y no estaba en plenas condiciones físicas. Seguramente hubiese sido capaz de ayudar a sus compañeros porque es uno de los grandes talentos de la NBA, pero no pasó de ser un espectador.
El base, en cambio, no fue uno más entre los muchos asistentes al pabellón de los Grizzlies, ya que recibió una gran ovación por parte del público. Se trata de un jugador muy querido por todo lo que ofrece sobre el parqué y ni siquiera el último episodio que ha protagonizado (un vídeo en el que aparecía en claro estado de embriaguez y con pistola en mano) ha cambiado, al menos por lo visto en las últimas horas, esa relación de cariño con los seguidores.
La gran figura de los Grizzlies estuvo presente durante la liviana sesión previa al encuentro disputado ante los Mavs. "Todo el mundo lo recibió con los brazos abiertos, emocionados por tenerlo de vuelta", describió Taylor Jenkins en unas declaraciones recogidas por AFP. "Esperamos que regrese el miércoles", dijo el entrenador, que no lo necesitó para sumar un triunfo (112-108) con protagonismo para Santi Aldama, quien jugó su mejor partido desde que aterrizó en la NBA (22 puntos, 14 rebotes y un par de asistencias).
Los números argumentan por qué Morant es un jugador tan esencial para su equipo, aunque el balance sin él no ha sido ni mucho menos negativo (seis victorias y tres derrotas). Sin embargo, está promediando 27,1 puntos por partido, 6 rebotes, 8,2 asistencias y una recuperación en los 32 minutos de media que disputa en cada jornada. Son unos registros muy similares a los de la temporada pasada, lo que demuestra una gran regularidad en el último año y medio.