A veces, aunque sucede mucho menos de lo que los aficionados al deporte en general y al fútbol en particular quisieran, los equipos se olvidan de su rivalidad por un día para hacer gala, con el gran altavoz del que disponen, de unos valores que deberían ser imitados por gran parte de la sociedad.
La previa del partido entre el Atlético de Madrid y el Athletic de Bilbao estuvo marcada por los múltiples homenajes que los colchoneros les hicieron a sus fundadores vascos por su 125 aniversario, que culminó con un bonito pasillo de los dos equipos a sus leyendas y con los locales dejando vestir los colores rojiblancos a los visitantes en su visita al Cívitas Metropolitano.
Pacto de no agresión durante 30 minutos
Y pareció que un día marcado por el respeto entre ambas entidades históricas continuó incluso después del pitido inicial, puesto que tanto los pupilos del Cholo Simeone como los del recién renovado Ernesto Valverde, que llegaban en una dinámica positiva de resultados en LaLiga, se dieron algo más de media hora de margen para comenzar las hostilidades, con un gran Reinildo que, por si acaso a los vascos se les ocurría romper este particular pacto no escrito, estaba atento a cualquier movimiento del siempre veloz ataque rival.
El comienzo del fuego real llegó cuando Carrasco se plantó solo delante de Aguirrezabala, que sacó un fantástico pie para evitar el gol atlético. Como respuesta, Inaki Williams encontró a Dani García dentro del área, pero este llegó forzado y no pudo batir a un Oblak que luego también detuvo sin problemas un cabezazo de Sancet.
Con la igualdad tanto en el juego como en el marcador se llegó al descanso, lo que les sentó mucho mejor a los colchoneros, que comenzaron el segundo tiempo con un punto de más sobre sus oponentes y solo el guardameta de los Leones, de nuevo ante Carrasco, evitó que el belga pusiera por delante a los suyos.
Aunque al igual que sucedió al final del primer tiempo, los de Valverde respondieron rápido obligando al arquero esloveno del Atleti a dar su mejor versión para que Nico Williams llenara de alegría a sus aficionados desplazados a la capital.
Griezmann volvió a ser determinante
Solo se llevaban 10 minutos de reanudación, pero hasta ahí llegó la gasolina de un Athletic que se limitó a partir de ese momento a tratar de mantener su portería a cero el tiempo que pudiera. Viendo que el viento soplaba a su favor, Simeone no quiso dejar pasar su oportunidad y dio entrada a Morata, a Barrios y a Depay, lo que dio sus frutos pronto.
Porque en el minuto 73, Antoine Griezmann quiso combinar con el ex del Barça en el centro del campo. No lo consiguió, pero aprovechó el balón suelto para meter la quinta marcha y, al llegar a la frontal del área, batir a Aguirrezabala con un zurdazo raso que entró pegado al poste.
Lejos de echarse atrás con el gol como alguna que otra vez ha sucedido en la “era Cholo”, el conjunto colchonero, ante la ineficacia bilbaína, quiso más, pero Morata no pudo poner tierra de por medio en una de las pocas ocasiones que se produjeron después.
Aunque no hizo falta nada más, porque el Atlético no sufrió lo más mínimo para certificar su gran racha de seis partidos sin perder en liga, quedarse a solo dos puntos de la Real Sociedad, que no pudo pasar del empate en casa contra el Celta el sábado y afrontar con todo el optimismo del mundo el derbi del próximo fin de semana en el Bernabéu contra el Real Madrid, donde no parece ser que vaya a haber un ambiente tan cordial y distendido como el de este domingo.
Por su parte, el Athletic tenía la oportunidad de adelantar en la sexta plaza de la tabla con una victoria a un Rayo Vallecano que empató contra el Sevilla, pero tendrá que esperar a una mejor ocasión.
Jugador Flashscore del partido: Griezmann.
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