Grand Slam Track espera utilizar ese recurso para "estabilizar sus finanzas, implantar un modelo más eficaz y ponerse en posición de tener éxito a largo plazo", indicó la empresa en un comunicado.
Según el documento de solicitud de quiebra, la compañía aún debe más de 10 millones de dólares (unos 8,5 millones de euros) a los atletas y a sus proveedores.
Exestrella del atletismo y cuatro veces campeón olímpico, Johnson "se niega a rendirse", reza la nota.
Razones "económicas"
Anunciada a bombo y platillo en 2024 por la leyenda estadounidense de los 200 y 400 m, la competición aspiraba a "sacudir el atletismo" con un nuevo formato que solo proponía carreras, con atletas bajo contrato y primas de montos inéditos para el deporte olímpico número uno.
Pero tras etapas en Kingston en abril, Miami a principios de mayo y Filadelfia a finales de ese mes, esta última ya en una versión reducida, Grand Slam Track canceló por razones "económicas" su última cita prevista en Los Ángeles a finales de junio.
El circuito reunió esta temporada a algunas estrellas de la pista como las múltiples campeonas olímpicas estadounidenses Sydney McLaughlin-Levrone y Gabby Thomas, pero fue desdeñado por grandes nombres del esprint, como Noah Lyles, Julien Alfred y Sha’Carri Richardson.
