"Le debo mucho, siempre es un inmenso orgullo y una alegría jugar y darlo todo en el campo por él", insistió Grizi, dos veces suplente en la Euro-2024, contra Polonia (1-1) y en la semifinal contra España (derrota 2-1).
Fue "molesto" encontrarse en el banquillo, admitió Griezmann, pero "hay que respetarlo, aunque estés enfadado o triste. El equipo es lo primero".
La Eurocopa "no fue mi mejor competición", admitió, sintiendo "mucha frustración, rabia y tristeza. Nunca me sentí tan protagonista como me gusta". En Alemania vivió "muchos cambios tácticos y posicionales. Fue complicado, pero tuvimos que lidiar con ello".
A sus 33 años, el tercer jugador con más internacionalidades (136, 44 goles), no muy lejos del récord de Hugo Lloris (145 partidos), "sigue queriendo jugar con Francia. Después, depende de Deschamps".