No ha sido una noche fácil para el Oporto. Este domingo, los azules y blancos fueron eliminados de la Copa de Portugal por el Moreirense, en la que fue su tercera derrota consecutiva (Lazio en la Europa League y Benfica en la Liga), y perdieron la oportunidad de conquistar el trofeo por cuarta vez consecutiva.
Las protestas de los aficionados comenzaron en Moreira de Cónegos, con silbidos e insultos a los jugadores que se enfrentaron a la grada visitante del Estádio Comendador Joaquim de Almeida Freitas. Vítor Bruno estuvo en primera fila, pero ni siquiera eso mermó los ánimos, con jugadores como Samu Omorodion y Pepe abandonando el campo entre lágrimas.
Más tarde, la llegada al Estádio do Dragao también resultó tormentosa. Unas decenas de aficionados expresaron su descontento al paso del autobús del equipo e incluso se lanzaron algunos artefactos pirotécnicos. La policía tuvo que intervenir para desalojar a los aficionados y calmar los ánimos.