Xavi Hernández se ha ganado a pulso su puesto en el Barça. Como jugador ya era leyenda. Capitán y emblema. Técnico, con buena distribución e inteligente. Líder, un gran líder. Como entrenador, aunque presenta algunos puntos por mejorar (la constancia de la plantilla, en especial, y el manejo de los partidos), expone una serie de elementos que le han transformado en campeón de Liga y de Supercopa, el primer torneo que levantó desde el banquillo culé y que lo ganó con jerarquía, venciendo hace un año al Real Madrid por 0-3 en Arabia Saudí. 

Oriente Próximo vuelve a ser la 'tierra prometida' blaugrana. Allí, en la pasada campaña, los jugadores, la plantilla y la directiva veían cómo los frutos de su trabajo durante los últimos años empezaban a dar sus resultados. Al título de la Supercopa le siguió el de LaLiga, un trofeo que no se quedaba en la Ciudad Condal desde hace cuatro años. 

Ése Barça es el buen recuerdo de Xavi en su faceta de entrenador. El actual, en cambio, no es el peor. Sin embargo, pasa por un momento en donde el juego no encuentra soluciones, los partidos no se cierran de la forma adecuada y los goles no alcanzan. 

Xavi se topará en Arabia Saudí contra un Osasuna que es fuerte, en especial en defensa. La última línea de los de Pamplona, encabezada por David García, es una de las herramientas destacables de los dirigidos por Jagoba Arrasate. Esa identidad defensiva, además, le ha permitido estructurar un sistema que parte de una idea contundente: aprovechar al máximo las oportunidades y los espacios que deja el rival. El Barça es un equipo que, en defensa, da oportunidades. El partido, en ese sentido, pinta para interesante. 

En LaLiga, el FC Barcleona descansa tercera posición con 42 puntos, producto de 12 victorias, 5 empates y 2 derrotas. Osasuna, en cambio, está en la posición número 12º, con 22, 20 unidades menos que su rival de este jueves, reflejo de  victorias, 4 empates y 9 derrotas.