Porque es un problema, positivo, claro, por poder elegir entre grandes jugadores, pero sea cual sea su decisión, se estudiará con lupa.
No es el técnico italiano hombre de grandes cambios. En su idea tiene un bloque y es muy difícil hacerle cambiar de opinión. En la portería, le ha costado muchísimo confiar en Lunin antes que en Kepa, si bien el vasco volvió a la titularidad en la Supercopa tras jugar el ucraniano en LaLiga. Habrá que ver si mantiene al internacional español para la final a pesar de su inseguridad ante el Atlético o continúa con sus rotaciones.
En la delantera, le pasa igual. En su sistema con dos delanteros, Rodrygo y Vinicius son intocables. El falso 9, Bellingham, aún más. Y Vini Jr., nada más recuperarse de su última lesión, jugó de inicio ante el Mallorca. El perjudicado, Brahim. Igual que en la semifinal supercopera, donde el malagueño entró como revulsivo y revolucionó el encuentro, siendo decisivo para sellar el pase a la final con un gol objeto de decenas de memes.
"Estoy en un gran momento y hay que seguir así. Sé el jugador que soy y sé que aún puedo dar mucho más. Estoy contento con lo que estoy haciendo, pero estaré más contento con lo que voy a hacer", dijo Brahim el jueves en Real Madrid TV.
Son ya seis goles los que lleva en 20 partidos, y no siempre jugando muchos minutos. La pasada campaña, siendo el 10 del Milan, marcó siete en 44 encuentros. Y la anterior, cuatro en 41.
Para lograr esa mayor felicidad dependerá de lo que Ancelotti cuente con él. A pesar del desgaste de la prórroga, no parece que vaya a modificar demasiado su equipo para afrontar el duelo contra el Barcelona. Pero si hay alguna modificación, no hay duda de que el madridismo quiere que entre el malagueño en el equipo. ¿Por quién? Ahí está la duda de Ancelotti. ¿A quién quita? El domingo lo sabremos.