La Fiorentina tenía que salir de un agujero negro y profundo. Porque los cero puntos en los tres últimos partidos gritaban venganza para un equipo que lleva tanto tiempo entre los seis primeros esta temporada. En el partido contra el Lecce, inmerso en la lucha por no descender, el técnico violeta Palladino apostó por un 3-5-2 para potenciar las características de Beltrán y Zaniolo en la delantera, tratando de suplir la ausencia por lesión de Kean.
A los 10 minutos, Dodo realizó un buen sprint por la derecha para centrar en largo y que Gosens cabeceara dentro de la portería. Un gol de campo a campo demostró de inmediato la bondad de la elección del técnico viola. Bien alineados en el centro del campo, la Fiore mantuvo el partido bajo control.

El guardameta español estuvo entonces muy bien, justo antes del final de la primera parte, al detener en el primer palo un intento de despeje de Karlsson, que se había colado bajo la portería tras un despeje. Después de que la primera parte terminase con un ritmo más alto, los de Salento empezaron la segunda con el mismo desparpajo. El delantero sueco destacó como uno de los más acertados con el balón, contribuyendo a doblegar a un conjunto viola que no encontraba fácilmente pasillos para salir con el balón jugado desde su propio campo.
Pasada la media hora de juego, sin embargo, el equipo visitante ntentó ganar metros. En el minuto 74, tras un manotazo de Pierret a un cabezazo de Gosens en el área Beltrán apareció en el área para lanzar el penalti que podría haber sentenciado el partido. A cinco minutos del final el argentino se encontró con otro palo, esta vez el larguero que le negó el doblete tras un disparo desde fuera del área.
Y en el siguiente contragolpe, una bonita acción del recién entrado Veiga culminó con un excelente regate en el área contraria, al que siguió un zurdazo que se marchó ligeramente desviado. Fue una gran emoción para los Viola, que sufrieron en los minutos finales al ir perdiendo. Los calambres de Mandragora fueron la imagen de un equipo local cansado y sin oxígeno, y por tanto obligado a sufrir, viendo además cómo Gudmundsson fallaba clamorosamente la oportunidad de cerrarlo. El pitido final de Marinelli fue liberador: el equipo de Palladino volvía a la victoria después de 22 días. Y ahora vuelven a ser sextos. Por el momento.

Jugador Flashscore del partido: De Gea (Fiorentina).