La gran temporada de Thiago Motta con el Bolonia y la aventura del técnico en el banquillo emiliano terminó con una derrota en el Luigi Ferraris ante el Génova.

En la última jornada de la Serie A, contra un equipo quizá ya saciado tras la histórica clasificación para la Liga de Campeones, los de Gilardino demostraron que el partido les importaba más y merecieron la victoria, que llegó gracias a los goles de Malinovskyi y Vitinha.

Los locales se mostraron enseguida más agresivos y en el minuto 13 su empuje se vio recompensado con el primer gol: Martin se internó por la izquierda y sirvió a Malinovskyi, que remató en el área, y batió a Ravaglia, que tocó el balón sin desviarlo.

El Bolonia trató de reagruparse, pero la presión de los ligures fue constante y una desatención de Lucumì no fue aprovechada por Vitinha por poco. La ocasión fue un toque de atención para los emilianos, que respondieron con Fabbian, que remató de cabeza un centro de Orsolini, pero el balón tocó en el poste antes de salir desviado. La primera parte terminó, sin embargo, con otro remate de Vitinha, que no encontró portería desde una posición inmejorable.

La segunda parte se abrió con un Bolonia más agresivo en busca del empate, y se acercó dos veces por medio Fabbian, que primero no acertó y luego cabeceó demasiado centrado. Sin embargo, cuando los emilianos parecían a punto de marcar el empate, el Génova dobló el marcador: en un balón perdido por Beukema, Vitinha aprovechó la asistencia de Gudmundsson y batió a Ravaglia.

En los minutos finales, el Bolonia intentó acortar distancias, pero sin llegar a crear verdadero peligro, mientras que Gudmundsson dispuso de un balón de oro en el área, pero envió el esférico fuera.

El partido terminó así con una derrota que no dolió a los emilianos, tras un gran campeonato en el que se consiguió la clasificación para la Liga de Campeones, y una victoria de prestigio para el Génova, que certificó el excelente trabajo de Gilardino. Al final la fiesta fue para ambos.