"Udine no es una ciudad racista y tiene una larga historia de acogida, solidaridad y respeto. Por eso he invitado personalmente a Mike Maignan a venir a Udine, para participar en iniciativas concretas destinadas a los más jóvenes", declaró en un vídeo en Instagram el alcalde de esta ciudad de la región de Friuli (noreste de Italia), cercana a las fronteras con Eslovenia y Austria.
"Por ese motivo, voy a proponer al Consejo Municipal que le conceda el título de ciudadano de honor de nuestra ciudad", añadió.
"Nuestros valores no pueden ser pisoteados por unas personas cegadas por el racismo", concluyó Felice De Toni.
El sábado, en el partido Udinese-Milan de la 21ª jornada de la liga italiana de fútbol, Maignan fue objetivo de insultos racistas y gritos de mono por parte de aficionados sentados detrás de su portería.
Advirtió de ello al árbitro en un primer momento y luego, en el minuto 34, abandonó el terreno de juego. Sus compañeros le siguieron.
El árbitro dio por interrumpido el partido en el minuto 38 y, cinco minutos después, el choque (2-3) se reanudó.
La propia entidad ha anunciado ya importantes medidas contra los agresores.