Hasta la suspensión, el centrocampista era el profesional mejor pagado de la plantilla, con un salario neto de ocho millones de euros. Tras el positivo por dopaje, sus ingresos se redujeron al salario mínimo de 42.477 euros al año, que es lo que estipula el reglamento.

Según la Gazzetta dello Sport, si la sanción impuesta a Pogba es superior a seis meses, la Juventus podría rescindir su contrato. En el caso de una sanción de más de un año, el club no sólo podrá ahorrarse los pagos adeudados en los próximos años, sino que también podrá exigir una elevada indemnización al jugador.

Pogba se enfrenta a una suspensión de cuatro años por dopaje. Esta podría reducirse a la mitad si el ganador del Mundial 2018 puede demostrar su falta de intención. Según la Gazzetta, Pogba estaba bajo la supervisión de un especialista estadounidense que le recetó un suplemento que contenía testosterona. Pogba habría tomado el medicamento sin consultar antes a los médicos de la Juve.

Para la Vecchia Signora, la rescisión de su contrato supondría un alivio financiero. Tal y como anunció el club, las pérdidas en el ejercicio 2022/23 ascendieron a 123,7 millones de euros. Eso es casi la mitad menos que el déficit récord de 239,3 millones en 2021/22.