Exjugador, Pedro Martins ya tiene una dilatada carrera como entrenador, con etapas en el Marítimo, Rio Ave y Vitória SC, donde siempre consiguió clasificarse para competiciones europeas. En 2018 viajó a Grecia, donde ganó tres títulos con el Olympiacos, en la que fue su primera experiencia fuera de Portugal.
Actualmente está en el Al-Gharafa, donde llegó en 2022 y ha ayudado a rehabilitar uno de los principales clubes de Catar en una liga que intenta emerger.
Lea aquí la entrevista del entrenador con Flashscore, donde habla de su presente y sus planes de futuro.
- ¿Qué le trajo a Catar?
- Varias cosas. En primer lugar, quería experimentar una nueva realidad. Pensé que era importante para mí. Había dejado un club y una liga muy exigentes y llegó esta oferta, y desde esa perspectiva acepté. Otra era el crecimiento del fútbol qatarí, donde la liga está gestionada por un comité, como la NBA, dirigida por Antero Henrique, que me hizo conocer la realidad, lo que quería implantar y dónde quería estar dentro de cinco años. Me pareció interesante. Y como el fútbol nos da la oportunidad de conocer otros lugares, nos ayuda a crecer personalmente. También reconozco que es un proyecto atractivo económicamente.
- El Al-Gharafa era un gran club en Catar, atraviesa momentos difíciles, pero ya te han renovado el contrato. En todos los clubes en los que ha jugado ha tenido el dedo en la llaga y un equipo competitivo que ha alcanzado el máximo nivel. ¿Va todo según lo previsto?
- En líneas generales, sí. Llegué hace dos años, en vísperas del Mundial, con la liga a más de la mitad. Al principio fue difícil por la realidad que me encontré, muy diferente a la que estaba acostumbrado. El año pasado las cosas fueron muy bien, la distancia entre los equipos punteros que luchaban por el título y el Al-Gharafa se fue reduciendo. Prácticamente profesionalizamos todos los departamentos, afortunadamente la directiva y el presidente me dieron carta blanca y el equipo dio un salto cualitativo. Este año, debido a algunas salidas importantes y llegadas tardías, el equipo ha tardado un poco en encontrar su sitio, pero estamos de nuevo en la lucha. Es una realidad que el Al-Gharafa puede luchar por el título ahora mismo. Si no lo hacemos, es porque nuestro comienzo de temporada fue negativo y lo puso en peligro. El equipo está bien, tranquilo, quedan cuatro partidos y todo es posible. Jugamos contra el primer equipo en la siguiente ronda y hay mucho en juego. Queda la Copa Emir, que es tan importante como la liga, y la Copa Qatar. Tres competiciones importantísimas para los aficionados, van a ser dos meses intensos y fuertes, y estamos en la pelea.

- ¿Notó que después del Mundial-2022 de Catar la gente se interesó más? ¿Hubo un boom? Y por cierto, el efecto Ronaldo en la región.
- El efecto Cristiano Ronaldo se da más en Arabia Saudí. La Liga de Campeones y cuando juega Ronaldo tiene un impacto tremendo, tiene una dimensión global, galáctica. No creo que haya ningún club con una imagen tan fuerte como la suya. En ese sentido ha aportado una imagen abismal y fantástica al mundo árabe. En cuanto a la liga, hay que hablar de la realidad social: hay 3 millones de habitantes, el 15% de los cuales son qataríes, muchos de los cuales proceden del norte de África, pero también muchos de Asia que no están muy vinculados al fútbol. Sin embargo, el fútbol ha evolucionado enormemente en este sentido. En cuanto a los aficionados que van al estadio, el Al-Gharafa ha aumentado exponencialmente, aunque muy lejos de lo que queremos tener. Otro aspecto es que el juego en Qatar ha mejorado enormemente. Hay muy buenos entrenadores, se empieza a fichar a jugadores jóvenes con traspasos de cierta repercusión. Hay jugadores que llegan con 28, 29 años y eso está haciendo crecer el fútbol. Eso se nota en el físico y en la velocidad del juego. Los clubes tienen excelentes condiciones, excelentes campos, ahora hay un problema que todo el mundo está cambiando, que es profesionalizar los departamentos, y eso lo hace mucho más competitivo.
- El Al-Gharafa tiene en su plantilla a Brahimi, Rodrigo Moreno, Joselu, Sergio Rico, jugadores con importantes tarjetas de visita. ¿Es bueno poder contratar a este tipo de jugadores?
- Además de estos nombres, también hemos fichado a Seydou Sano, que capitaneó a la selección sub-20 de Senegal y ganó la CAN en esta categoría, y a Fabrício Dias, que ganó el Mundial con Uruguay en la sub-20. Hay una inversión en jugadores con una imagen fuerte en el panorama mundial, pero también en jóvenes con calidad. Es una baza, tenemos a Verratti, a Draxler. Todos los equipos tienen tres o cuatro jugadores de categoría, todos. Para que te hagas una idea, Rúben Semedo formó parte de un equipo que acabó descendiendo, para que veas el nivel de los fichajes que hay.
- Dondequiera que haya estado, siempre ha tenido jugadores portugueses, sobre todo en el Olympiacos. ¿Siguen atrayéndolos?
- Tuve muchos en el Olympiacos, Rúben Semedo, José Sá, Pepê Rodrigues, Daniel Podence, Bruno Gaspar, muchos de los cuales se fueron a Grecia. No es fácil, porque el mercado portugués es caro, aunque en este momento el Comité ha conseguido fichar a André Amaro, Bamba que vino del Vitória SC, y no es fácil porque los clubes portugueses son muy exigentes en términos de dinero y es difícil contratar a más jugadores. Me encantaría, pero a veces el factor financiero no lo permite.
- Ha mencionado al Olympiacos, con el que ganó tres veces el campeonato griego, pero ése fue quizá el mayor y más exitoso reto de su carrera. ¿Fue especial?
- Lo fue, pero tengo que reconocer que el Olympiacos fue el club que me dio las condiciones para convertirme en campeón. Como puede imaginar, ni el Marítimo, ni el Vitória SC, ni el Rio Ave me dieron esas condiciones. Aunque lo que se ha hecho en los tres clubes, comparado con el Olympiacos, es un trabajo muy meritorio, sobre todo el primer año en el Vitória, cuando acabamos cuartos y llegamos a la final de la Copa de Portugal, que fue una temporada fantástica. Recuerdo varias temporadas en el Marítimo con muchos jugadores jóvenes, mi apuesta y la del club, y tuvimos temporadas muy buenas. En el Rio Ave también, cada uno a su manera. Sin títulos, pero conseguimos nuestros objetivos.
- Usted también es conocido por aprovechar al máximo las cualidades de sus jugadores. Mencionaré a los más conocidos, Raphinha, en el Vitória SC, y Ederson, en el Rio Ave. Eran muy jóvenes, ¿veía ya su potencial?
- Sí, se veía que los dos eran jugadores muy jóvenes, con mucho talento, calidad y un margen de progresión fantástico. Si se desarrollaban, podían llegar a niveles más altos. Por supuesto, nunca imaginé que Raphinha pudiera llegar a Barcelona, no porque no viera su calidad, sino porque era muy joven. Hizo una temporada muy buena conmigo en el Vitória SC, en el Sporting también y ahora es más visible y dicen que es su mejor temporada, pero sólo él puede decirlo. Es mucho más maduro, ya era un rematador natural, un extremo con esa particularidad, era muy delantero y no perdía una oportunidad. Llegó muy joven de Brasil y tuvo que aprender los momentos y las fases para presionar y pausar. Ederson era otro jugador que saltaba a la vista. Cuando se fue al Rio Ave, tengo que admitir que me decanté por Cássio por razones de experiencia. No porque creyese que no estaba preparado, en términos de calidad y valor, sino porque el Rio Ave iba a tener partidos decisivos - Supercopa y Europa League - y era importante tener un jugador como Cássio. Pero después de tres o cuatro meses, gracias a su calidad, empezó a jugar. Es un portero muy fuerte en el juego aéreo y su juego de pies es absolutamente fantástico. Era obvio que iba a llegar al nivel de los equipos grandes, pero los equipos grandes, no sé, el fútbol se hace andando.
- Raphinha siempre ha tenido ese deseo de aprender y ésa es una característica que le hace destacar. La estructura familiar también marca la diferencia, como en estos dos ejemplos.
- Tengo una relación muy estrecha con los jugadores. Aunque no llegué a conocer muy bien a sus padres, me di cuenta de que había una estructura familiar muy fuerte y él estaba muy unido a sus padres. Además, tenía hambre de ganar en el mundo del fútbol y eso marcó la diferencia para llegar a donde está ahora. Era un jugador que siempre quería escuchar, siempre muy atento a la información. Tenía talento, pero está donde está gracias al trabajo, la dedicación y el compromiso.
- Usted jugó en el Vitória SC, que hizo una excelente campaña en términos europeos: sólo cayó ante el Betis en octavos de final de la Conference League. No diré que es un gigante dormido, pero ¿es un equipo a tener cada vez más en cuenta?
- Nunca han estado dormidos, la afición no se lo permite. Está muy despierto. Ha pasado por momentos de gran inestabilidad financiera y eso se ha reflejado en el equipo. A la afición no le gusta la calidad, se manifiesta y eso puede ser un problema, porque la afición cree que puede conseguir más. Está claro que en los momentos en que hay elecciones, ha sido negativo porque el equipo se vuelve más inestable como consecuencia de las turbulencias en la ciudad y entre los aficionados, pero hay que contar con el Vitória SC. Si resuelve estos problemas, dará un salto adelante.
- Me imagino que el Marítimo también está en tu corazón. Empezaste en el equipo B, llevaste al equipo a competiciones europeas. ¿Cómo ves la situación actual en la Liga 2? Es momentánea, ¿qué crees que nos depara el futuro?
- Me duele verlo. Estuve cuatro años y medio en el Marítimo, hicimos un trabajo muy bueno, disfruté mucho trabajando allí. Era un proyecto atractivo con el que me identificaba, y el presidente era muy cercano. Era un club en el que la afición era muy exigente y le gustaba ver jugar bien al equipo. Este año va a seguir así, porque ya está muy lejos de los primeros puestos, pero espero que sólo sea temporal, porque el fútbol portugués necesita un equipo de la talla del Marítimo. Y no hablo sólo de Portugal, porque es un equipo con muchos aficionados en Estados Unidos, Venezuela e Inglaterra. Es muy grande. Recuerdo que, cuando estaba en el Marítimo, era uno de los mejores pagados por los derechos de televisión, porque tenía una comunidad muy grande fuera de Portugal. Le deseo un pronto regreso a la Liga, donde merece estar.
- Un afecto que también se extiende al Rio Ave...
- Y también a mi club , el Feirense. Es el club de mi corazón, donde siempre fui socio. Aprendí a ser Feirense toda mi vida. Me gustaría que volviera a la liga. Ahora Rio Ave. Cuando llegué, fue porque ya había tenido un desgaste normal en el Marítimo, fui a un proyecto donde Nuno había hecho dos temporadas muy buenas, un grupo de trabajo muy consolidado, que podía darme algo más para hacer crecer mi carrera. En términos de afición, no es tan grande como el Vitória o el Marítimo, pero está muy bien estructurado. El primer año nos metimos en la fase de grupos de la Europa League, y lo mismo al año siguiente.
- Ha mencionado a Nuno Espírito Santo, que sigue la línea de éxito de los entrenadores portugueses en Inglaterra. ¿Le sorprende el trabajo que está haciendo en el Nottingham Forest?
- Nuno ha hecho una temporada brillante, pero no es sólo ahora. Ganó el campeonato en Arabia (con el Al-Ittihad) hace dos temporadas. En el Wolverhampton, cuando se hizo cargo del equipo en la Championship (segunda división), subió y mantuvo al club. Buen trabajo en Río Ave. Creo que donde menos triunfó fue en el FC Porto, pero por lo demás tuvo grandes temporadas. Y ésta es brillante a todos los niveles. Es una de las ligas más exigentes, más difíciles, más extraordinarias, y el tercer puesto del Nottingham es fantástico. No creo que ningún entrenador del mundo hubiera podido lograr estos resultados.

- Marco Silva también lo está haciendo muy bien en el Fulham, Rubén se fue al Manchester y las cosas no le están saliendo bien, pero tiene la calidad que se le reconoce por el trabajo que hizo en el Sporting...
- Vi a Marco Silva el otro día en el foro de la Asociación Nacional de Entrenadores, lleva ocho años en Inglaterra, así que no necesita consolidarse, porque su trabajo habla por sí solo. Tantos años en un club como el Fulham demuestran que es un entrenador estable, que sabe lo que hace, que la gente cree en él. Rubén Amorim ha sido más difícil, llegó a mitad de camino, a un club con grandes exigencias y probablemente con una plantilla que no está a la altura de un equipo que quiere ser campeón. Tendrá que sufrir este año, preparar el equipo, el año que viene construir un nuevo equipo con su modelo, con jugadores con su identidad y luego ya veremos. En el Sporting estuvo brillante, en Inglaterra, por lo que he dicho antes, necesita más tiempo. Y no olvidemos a Vítor Pereira, que llegó al Wolverhampton en una situación difícil y ya está a nueve puntos del último puesto. Vítor Pereira llegó al Wolves y el equipo ha dado un salto cualitativo. Es una demostración de su calidad. Es brillante, no está por detrás de lo que está haciendo Nuno porque ha tardado menos tiempo y con las limitaciones que tiene.
- Ha hablado con pasión de la Premier League. ¿Es un reto que le gustaría tener en el futuro?
- Sí, la Premier League o la Championship, donde se puede subir. ¿Por qué no? Es el mayor espectáculo del mundo.
- Usted es un entrenador de proyectos, ¿encajaría bien allí?
- Sin ninguna duda. Estoy disponible y preparado para cualquier circunstancia. Por mi experiencia, he entrenado a equipos que no querían bajar, a competiciones europeas, con grandes problemas económicos, y a otros sin esos problemas. He entrenado a equipos en los que las exigencias sociales no eran tan altas, y a otros en los que sí. Esto me garantiza que estoy preparado para cualquier equipo del mundo.
- Actualmente, los entrenadores portugueses también se están haciendo un nombre en Brasil, que es un mercado enorme. Los clubes suelen querer resultados inmediatos y no piensan mucho en lo que hay que construir. ¿Es atractivo?
- Conozco el fútbol brasileño desde hace muchos años. Desde que trabajo en la liga, tengo una base de datos muy sólida de gente en Brasil. Lo conozco bien, desde la Serie A hasta la Serie B, pasando por las ligas estatales. Brasil tiene tantos jugadores de tanta calidad que de un momento a otro están jugando a un nivel superior. Eso es lo cautivador. Muchos de ellos no llegarán a las grandes ligas, pero tienen un nivel técnico muy alto. Es un campeonato fantástico que me gustaría probar en el futuro. He recibido muchas invitaciones de Brasil, las cosas aún no han salido del todo bien, pero me gustaría probar el gran contingente de jugadores de tanto talento que tienen.
- ¿Pero para un club con un proyecto para ganar y desarrollar todo ese talento?
- No voy a mencionar nombres, sería poco elegante, pero ha habido proyectos a los que no he podido ir porque las sanciones eran demasiado grandes. Hubo momentos en los que no creí que pudiera irme, porque el proyecto en el que estaba me permitía continuar y no quería abandonarlo. Y otros proyectos que no me parecían atractivos o nada fiables para lo que yo quería para mi carrera. El proyecto tiene que estar muy bien pensado, con clubes que me den las condiciones para luchar.
- Todo esto demuestra que el hecho de que Pedro Martins esté en Catar no le hace estar escondido del mundo del fútbol.
- Sí, el fútbol es universal. No quería llamarlo tabú, pero eso era de sentido común hace media docena de años, y ha cambiado. La gente no puede pensar que estar en Oriente Medio es el final de tu carrera. Es sólo un paso más. Puedo poner innumerables ejemplos: Xavi Hernández estuvo en el Al-Sadd y luego se fue al Barcelona. Luís Castro estuvo en el Al-Duhail y se va al Botafogo. Artur Jorge estuvo en el Botafogo y se fue a Qatar(Al-Rayyan). Así que el mercado es así de grande. Vamos a tener el Mundial de Clubes, más gente de las ligas europeas con Asia, África, los americanos. Todo está conectado. Lo que sí sé es que estoy creciendo de otra manera, cuando vaya a Brasil voy a crecer en el fútbol brasileño de otra manera. No me arrepiento de nada, todos estamos conectados en este mundo tan pequeño y todo el mundo conoce nuestro trabajo.
- Esa frase, cuando vaya a Brasil, es realmente un deseo fuerte...
- No, pero creo que ocurrirá tarde o temprano. Nunca sabemos mañana, pero creo que sucederá. Igual que creo que ocurrirá en Inglaterra.
- Hablando del Mundial de Clubes, hay una gran sobrecarga de partidos, hay protestas de jugadores y entrenadores, y cada vez hay más lesiones. ¿Está dando un giro complicado al fútbol profesional?
- Todavía tenemos que dar un salto cualitativo en el fútbol. Ha habido demasiados partidos, demasiadas competiciones a nivel de clubes y de selecciones. Los jugadores no tienen espacio ni tiempo para recuperarse. Ni siquiera tienen tiempo para las vacaciones normales que necesita un ciudadano. Está estrechamente ligado a la relación entre esfuerzo y lesiones, que son mayores y más graves. Las cifras, en términos económicos, han alcanzado nuevas cotas porque las competiciones son cada vez mayores y los clubes retienen más dinero. Hay un término medio por el que vamos a tener que trabajar, quizá algunos clubes tengan que renunciar a algunas competiciones. En ambos partidos tenemos un problema de calidad, porque hay jugadores que están desgastados. Contra Dinamarca, vi a jugadores portugueses que una semana antes habían estado extraordinarios en la Liga de Campeones y luego no fueron los mismos con Portugal. Las plantillas van a ser más largas, con más gente trabajando. Hay muchas lesiones que se pueden evitar si hay un buen trabajo y el fútbol todavía tiene mucho camino que recorrer en ese sentido. Para ello, necesitamos más gente trabajando, para que los jugadores no tengan lesiones tan grandes y haya un equilibrio en las competiciones.
- Pero también es complicado para los entrenadores porque es recuperar y jugar, hay poco espacio para practicar las ideas del entrenador.
- Cada vez menos. En Qatar no tengo ese problema porque la competición es más corta. Pero en el Olympiacos era entrenar, recuperarse y jugar. Y cuando teníamos una semana más larga era un proceso, pero se perdían muchas cosas porque no había tiempo. Por eso digo que las pretemporadas son muy importantes. Harán falta entrenadores más especializados para cada sector y lo vuelvo a decir, el fútbol tiene que dar un salto cualitativo en cuanto a fuerza. Lo que hacemos es estandarizado, prevención general para 30 jugadores y tiene que ser específico. Y eso sólo es posible con más gente.
- No podemos terminar esta conversación sin hablar de la Liga portuguesa. Entramos en una recta final de locura, con una lucha encarnizada entre el Sporting y el Benfica. ¿Podemos dejar de lado al FC Porto y al SC Braga, que ya están a cierta distancia?
- Todavía queda mucho por jugar, el Sporting tiene que ir a Luz, el Benfica al Dragão y el Braga. Son muchos puntos, así que no hay nada escrito, aunque los candidatos de esta temporada son el Sporting y el Benfica. El Sporting tiene mejor alineación, pero el Benfica tiene más soluciones en su plantilla. Va a ser un campeonato divertido, disputado hasta el último momento. Nunca podemos descartar al FC Porto, porque es un gran club y de un momento a otro aparece.
- Pueden acabar siendo los grandes partidos los que decidan todo.
- Sí, porque tengo que reconocer que este año me ha parecido que faltaba calidad en la mayoría de los equipos. Comparado con el año pasado, no hay la misma calidad y por eso los grandes equipos no dejan escapar muchos puntos. La diferencia de potencial es muy grande. Nos gustaría que la liga fuera más competitiva, pero cuando vendes tantos jugadores cada año, es normal. Algunos años no es posible reconstruir equipos con calidad. Hay equipos que venden dos, tres o cuatro jugadores y pasan apuros al principio y luego consiguen rectificar, pero este año se nota esa diferencia desde el principio.

- Por último, Portugal se clasificó para la final a cuatro de la Nations League de forma difícil. Se ha creado mucho ruido en torno a Roberto Martínez. ¿Cree que hay alguna razón para ello?
- Dinamarca tiene muchos jugadores de calidad. No es sólo que nosotros estemos más cansados, sino que ellos tienen muchos jugadores que juegan en grandes ligas, no son un equipo cualquiera. Es uno de esos equipos que, cuando tienen un buen once, son muy difíciles de batir. Hace unos años fueron campeones de Europa y nadie esperaba que fuera posible. Fue un partido muy malo, pero el fútbol no es sólo eso. Tuvimos momentos muy difíciles en el partido de vuelta, Dinamarca nos incomodó mucho y no conseguimos crear un antídoto para no destacar donde ellos eran fuertes. Perdimos muchos balones en la primera fase, lo que nos restó criterio y aumentó nuestros nervios. Pero, por otro lado, vi a un equipo con una enorme fe. Incluso después del 2-2, el equipo se recompuso rápidamente. Si por un lado tuvimos planteamientos estratégicos que no fueron los correctos, por otro vimos a un equipo con una enorme convicción.