Paquetá, bajo una nube de incertidumbre sobre su futura carrera tras ser acusado de presuntas irregularidades en las apuestas, parecía angustiado y parecía enjugarse las lágrimas después de que se le mostrara una tarjeta amarilla en la segunda mitad tras una falta sobre Mikey Moore, de los Spurs.
El internacional brasileño discutió la decisión, protestando con los brazos, antes de que las imágenes de televisión le mostraran secándose una lágrima del ojo.
El árbitro Michael Oliver le advirtió de su conducta y varios compañeros de equipo le instaron a calmarse.
Paquetá está a la espera del resultado de una vista de la Asociación de Fútbol sobre un presunto amaño de partidos y se enfrenta a una posible sanción de por vida si es declarado culpable de recibir deliberadamente cuatro tarjetas amarillas en partidos de la Premier League con fines de apuestas. Él ha negado la acusación.
"Creo que es un jugador que se esfuerza al máximo, que quiere que la situación mejore y que probablemente se siente un poco frustrado por la acción", dijo Potter.
"Y luego ves a un ser humano, no perfecto, pero quiero a Lucas. Lo ha dado todo y además en circunstancias difíciles. Lo ha dado todo y ahora está absolutamente bien".
Paqueta se enfrenta a una espera frustrante porque el caso no terminará hasta junio como muy pronto.
El tribunal independiente que preside la vista no concluyó los procedimientos en marzo debido a su complejidad y aplazó las actuaciones.
