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Flashback: Cinco años del regreso del fútbol durante la pandemia de la COVID-19

Personal de campo con mascarillas y guantes desinfecta la portería durante el descanso del Aston Villa contra el Sheffield United en 2020.
Personal de campo con mascarillas y guantes desinfecta la portería durante el descanso del Aston Villa contra el Sheffield United en 2020.Shaun Botterill / POOL / AFP / Profimedia / Flashscore
Hace cinco años, el mundo se enfrentaba al devastador impacto de la pandemia de COVID-19. Las calles estaban vacías, las fronteras cerradas y la vida cotidiana paralizada, incluido el fútbol. La Premier League, como tantas otras competiciones, se había suspendido mientras el virus se propagaba rápidamente por todo el planeta.

Pero el 17 de junio de 2020, tras 100 días de silencio, el fútbol inglés de primera división hizo su esperado regreso. Fue un espectáculo surrealista: estadios sin aficionados, jugadores observando estrictos protocolos sanitarios, sometidos a pruebas periódicas, e incluso balones de partido desinfectados antes y durante el juego.

Los gritos de los entrenadores resonaban en las gradas vacías, las celebraciones de los goles eran tenues y las sustituciones se hacían con máscaras y precaución.

No era el fútbol que los hinchas recordaban, pero fue una poderosa señal de resistencia, un momento que recordó a los aficionados de todo el mundo que, incluso en los momentos más oscuros, el fútbol encuentra la manera de seguir adelante.

"Juego cero": cómo un partido desencadenó la propagación de una pandemia

Antes de volver sobre el momento del regreso del fútbol tras la pandemia, tenemos que remontarnos a cuando todo se detuvo. A principios de 2020, el mundo apenas empezaba a darse cuenta de la magnitud de la pandemia de COVID-19.

Las fronteras seguían abiertas, los estadios llenos y la vida continuaba con una sensación de inquietante normalidad. Pero en retrospectiva, un partido de fútbol se convirtió en un escalofriante símbolo de lo rápido que podían desmoronarse las cosas.

El 19 de febrero de 2020, la Atalanta se enfrentó al Valencia en el partido de ida de los octavos de la Liga de Campeones de la UEFA. El partido se jugó en San Siro, en Milán, ya que el estadio del club local no cumplía los requisitos de la UEFA.

Lo que debería haber sido una noche histórica y alegre para el Atalanta -su primera participación en los octavos de final de la Liga de Campeones- pronto adquiriría una reputación mucho más oscura.

Con más de 40.000 aficionados, la mayoría de ellos de la zona de Bérgamo, viajando a Milán y celebrándolo juntos en las gradas, en los autobuses, en los bares y en los trenes, el partido creó las condiciones perfectas para la propagación del virus.

En aquella época, el COVID-19 apenas empezaba a reconocerse como una amenaza grave en Europa. Nadie llevaba máscaras y no había restricciones.

En las semanas siguientes al partido, Bérgamo se convirtió en una de las ciudades más afectadas de Europa durante la primera oleada de la pandemia. Los hospitales se vieron desbordados y el número de muertos aumentó rápidamente.

Los expertos médicos y los funcionarios locales empezaron a sospechar que el mencionado partido había actuado como un gran evento superdifusor.

Los medios de comunicación italianos pronto empezaron a referirse a él como Partita Zero, o 'Partido Cero', simbolizando el punto en el que el virus pudo haber explotado en la población en general a través de un único acontecimiento deportivo.

Algunos jugadores españoles y miembros del personal del Valencia también dieron positivo tras el partido de vuelta, lo que se sumó a las pruebas.

Cómo la COVID-19 paralizó el fútbol

Cuando la COVID-19 empezó a propagarse rápidamente, el fútbol -como casi todos los aspectos de la vida cotidiana- se detuvo bruscamente. Las ligas de todo el mundo suspendieron sus partidos, los estadios se vaciaron y los campos de entrenamiento cerraron.

Desde las ligas más importantes de Europa, como la Premier League, LaLiga, la Serie A y la Bundesliga, hasta las competiciones nacionales más pequeñas, el fútbol se detuvo.

La suspensión no se limitó a un país o región; el fútbol se detuvo en todo el mundo a medida que los gobiernos imponían cierres y medidas de salud pública para controlar el virus. Se aplazaron torneos internacionales, incluida la Liga de Campeones.

Sin embargo, hubo algunas excepciones. En particular, la Premier League bielorrusa siguió jugando durante los primeros meses de la pandemia, atrayendo la atención internacional como una de las pocas ligas de primera división que seguían activas cuando la mayoría de las demás estaban cerradas.

El regreso del fútbol: reanudación de la Premier League y enfrentamientos veraniegos

Tras una pausa de más de tres meses, el fútbol comenzó finalmente a regresar en junio de 2020. La Premier League inglesa fue una de las primeras grandes ligas en reanudarse, con partidos que se celebraron el 17 de junio de 2020.

El juego parecía muy diferente con los estadios vacíos, pero el regreso trajo una sensación de esperanza y normalidad a millones de personas.

Apenas unas semanas después, las principales competiciones europeas de clubes protagonizaron una conclusión dramática y sin precedentes. Tanto la Liga de Campeones de la UEFA como la Europa League se reanudaron en agosto de 2020 tras su suspensión en marzo.

Para reducir los desplazamientos y garantizar la seguridad, la UEFA organizó el resto de las competiciones en minitorneos eliminatorios a una sola vuelta. La final a ocho de la Liga de Campeones se disputó íntegramente en Lisboa, mientras que los partidos decisivos de la Europa League se celebraron en cuatro sedes de Alemania (Colonia, Düsseldorf, Duisburgo y Gelsenkirchen).

Este formato comprimido y de alto riesgo produjo encuentros emocionantes y resultados inesperados, coronando en última instancia a nuevos campeones en medio de la sombra de la pandemia.

Los torneos de verano de 2020 simbolizaron la resistencia y la adaptabilidad del fútbol, un deporte decidido a seguir adelante incluso frente a la crisis mundial.