La solicitud se produce después de varios días de debate en torno al arbitraje en la derrota de los Reds por 2-1 ante los Spurs.

El cuerpo arbitral admitió "un error humano significativo" en la decisión del VAR de no permitir el gol de Luis Díaz, que habría dado al Liverpool la ventaja ante el Tottenham.

El jefe de la PGMOL, Howard Webb, también se ha puesto en contacto con el club en privado para disculparse, mientras que el propio Liverpool emitió un comunicado en el que afirmaba que "se estaba socavando la integridad deportiva" y que el club iba a "explorar sus opciones".

Los responsables del VAR, Darren England y el asistente Dan Cook, creyeron erróneamente que la decisión de anular el gol de Díaz era correcta y comunicaron al árbitro Simon Hooper que habían completado la comprobación.

No rectificaron su error a tiempo y el árbitro Hooper no fue consciente de ningún problema hasta el descanso.

"El Liverpool Football Club reconoce que el PGMOL admitió sus errores de anoche. Está claro que no se aplicaron correctamente las reglas del juego, lo que socavó la integridad deportiva", rezaba el comunicado.

"Aceptamos plenamente las presiones a las que se ven sometidos los árbitros, pero se supone que la existencia y la aplicación del VAR deberían aliviarlas, no agravarlas. Por lo tanto, es insatisfactorio que no se diera tiempo suficiente para tomar la decisión correcta y que no hubiera una intervención posterior".

Posteriormente, England y Cook fueron retirados de sus partidos programados para el domingo.

También se informó de que se les había permitido viajar a Emiratos Árabes para trabajar en un partido entre semana.

La PGMOL declaró que el incidente de Díaz "fue un claro y evidente error de hecho y debería haber dado lugar a que se concediera el gol mediante la intervención del VAR".