El Southampton se despidió de la Premier League hace algunos meses, aunque era crónica de una muerte anunciada porque acabó la temporada como colista después de sumar sólo 25 puntos. La entidad con sede en el St. Mary's Stadium llevaba más de una década disfrutando de los mejores estadios del país, pero fue incapaz de evitar el descenso tras una racha de 13 jornadas consecutivas sin oler la victoria en el tramo final.

La última víctima, en la jornada 31 de Championship, fue el Huddersfield (5-3). Partido alocado que se llevaron los anfitriones para dar forma a una espectacular racha de 25 encuentros seguidos -incluyendo el resto de competiciones- sin perder. Más allá de que puede llegar cualquier tropiezo en el torneo doméstico, lo cierto es que tienen que prepararse para afrontar un reto mayúsculo en la FA Cup el próximo 28 de febrero, cuando visitarán al Liverpool en la ronda de octavos.

Pero esa espectacular dinámica positiva no se traduce en el liderato por culpa del Leicester, que conquistó la Premier en 2016 y ahora intenta volver a la división de oro. Los Foxes, que vienen de superar al Watford a domicilio (1-2), están en lo más alto de la tabla gracias a un sobresaliente balance (24 triunfos, tres empates y cuatro derrotas). La diferencia entre ambos, de hecho, alcanza los 11 tantos, renta cuanto menos considerable.

El Soton, capaz de abonarse al éxito tras enlazar cuatro resultados negativos durante el mes de septiembre, debe priorizar en no caer a la tercera plaza porque sólo el líder y el segundo suben de forma directa. El Leeds United, que también bajó la pasada temporada, amenaza con sólo un punto menos, si bien los primeros tienen un partido pendiente. La emoción está servida de cara a los próximos meses.