Enfadado por la pobre actuación de sus jugadores en la eliminatoria de la Copa de la Liga inglesa, el técnico guipuzcoano dio varios saltos en un arrebato de furia y notó el típico calambrazo.
La consecuencia, una lesión muscular que le obligó a seguir el resto del partido en el banquillo y salir del estadio con cojera y muletas.
"Me he lesionado en el gemelo", dijo en la rueda de prensa posterior a la derrota