El Arsenal, que mañana verá como líder el duelo en Anfield entre el Liverpool y el Manchester City, tiene una oportunidad de oro para proclamarse campeón de la Premier League.
Los Gunners no empezaron apabullando como contra el Sheffield United, al que le metieron un 0-6 el lunes por la noche, pero su presión inicial tuvo sus frutos cuando un envío de Ben White fue rematado a gol por Declan Rice, su segunda diana en los últimos dos partidos. Aparte de eso, la primera media hora fue un poco aburrida, con escasas acciones de gol.
El segundo tanto parecía improbable antes del descanso, pero si había un equipo más propenso a encontrarlo, ése era el Arsenal, que llegaba continuamente a zonas prometedoras. Su último pase, sin embargo, era inusualmente pobre.
Y lo pagaron al filo del descanso en circunstancias cómicas, cuando el portero suplente Aaron Ramsdale, hoy titular, vio cómo Yoane Wissa le cobraba un mal despeje para que el balón cayera agónicamente al fondo de las mallas.
Ramsdale, que ya se había quedado con la cara colorada con ese 1-1, estuvo a punto de quedarse con un palmo de narices poco después de la reanudación, cuando una media volea improvisada desde 40 metros de Ivan Toney estuvo a punto de pillarle fuera de juego.
Sin embargo, esa fue una rara incursión en ataque de las Abejas, que tuvieron que agradecer a la desesperada defensa de Vitaly Janelt el hecho de que llegaran a la hora de juego empatados, ya que despejó héroicamente un cabezazo de Gabriel.
Del sufrimiento a la victoria
La zambullida de Kai Havertz en el área fue una señal de la creciente desesperación del Arsenal, y su necesidad casi se hizo mayor a 20 minutos del final, cuando una sensacional parada de Ramsdale evitó el gol de cabeza de Nathan Collins.
En un partido que se estaba volviendo cada vez más reñido, los Gunners volvieron a amenazar por mediación de Rice, cuyo disparo lejano se estrelló en el larguero.
Los de Mikel Arteta buscaron desesperadamente el gol de la victoria en los últimos minutos. La presión del Arsenal tuvo su recompensa en el minuo 86 en circunstancias similares a las del primer gol, con otro centro de White que Kai Havertz cabeceó al fondo de las mallas.
Pocas veces se había oído tanto ruido en el Emirates como cuando Havertz cabeceó al fondo de las mallas, y la afición del Arsenal contribuyó a la victoria de su equipo, que se aúpa a lo más alto de la tabla y podrá ver cómodamente el duelo dominical entre el Liverpool y el City.
