Hay futbolistas, con todo el derecho del mundo, que se mueven por dinero y, especialmente en la recta final de sus carreras, pero incluso también en sus albores, se han marchado a Arabia Saudí a forrarse de petrodólares.
No es el caso de David de Gea. El ex guardameta del Manchester United y del Atlético de Madrid, ha rechazado marcharse a la Pro Saudi a pesar de las múltiples ofertas que le han llegado en los últimos meses. A sus 32 años -cumplirá 33 en noviembre- aún se ve, o se veía, con fuerzas para ser competitivo en una liga europea.
Sin embargo, han pasado los días, las semanas y los meses y ese equipo que le haga tilín no ha aparecido en su horizonte. Y no parece que haya más trenes que pasen por su vía. Al menos, durante un período de tiempo.
Después de meses de duras negociaciones, él y los Diablos Rojos decidieron separar sus caminos. Acababa de ganar el Guante de Oro de la Premier, pero no fue suficiente para prolongar su vinculación. Su lugar lo ocupó André Onana previo pago de 52,5 millones de euros y que ahora está más discutido que nunca.
El baile que empezó él
El hueco que dejó el camerunés en el Inter lo rellenó el suizo Sommer, que dejaba la meta del Bayern desguarnecida con Neuer aún convaleciente. Iba a llegar Kepa a los bávaros, pero se entrometió el Real Madrid y el vasco firmó por los blancos, que necesitaban portero tras la grave lesión de Courtois.
La cosa no quedó ahí. Al marcharse Kepa, el Chelsea se fijó en otro español, Robert Sánchez. Incluso el Arsenal, que quería otro guardameta de primer nivel, prefirió a David Raya antes que a él.
Entre unas cosas y otras, ni en Inglaterra ni en España ni en Italia ni en Alemania, donde hubo mucho movimiento de porteros, apareció realmente como candidato De Gea.
Una posible retirada
Así las cosas, el toledano (aunque nacido en Madrid) está planteándose la retirada, como ha contado The Guardian. Se ha dado de tiempo hasta el próximo mercado invernal. Si por entonces ningún club de élite le quiere, De Gea colgará los guantes.