Sin embargo, las tandas de penaltis no existieron en el fútbol hasta 1970, y uno de los principales impulsos para su introducción se produjo hace 57 años, el 5 de junio de 1968.
Antes de la tanda de penaltis: prórroga, repeticiones y lanzamiento de monedas
Antes de que la tanda de penalti se convirtiera en un desempate estándar, el fútbol contaba con un mosaico de soluciones para resolver los partidos empatados, ninguna de ellas del todo satisfactoria.
En las competiciones eliminatorias, los partidos que terminaban en empate tras la prórroga a menudo tenían que repetirse otro día. Este sistema era complicado desde el punto de vista logístico y, en torneos con un calendario muy apretado, simplemente inviable.
En algunas competiciones, especialmente en las internacionales con plazos limitados, se utilizaban métodos alternativos. Si el tiempo extra no podía separar a los equipos, se recurría al sorteo o al lanzamiento de una moneda como último recurso.
El ejemplo más famoso ocurrió en la Eurocopa de 1968, cuando Italia y la Unión Soviética terminaron su partido de semifinales 0-0 después de 120 minutos. Sin goles y sin repeticiones disponibles, una moneda al aire decidió el pase de la Azzurra a la final, una decisión tan insatisfactoria para los aficionados como para los jugadores.
La final tampoco tuvo un ganador en el tiempo reglamentario. Italia se enfrentó a Yugoslavia en Roma, y el partido terminó 1-1 tras la prórroga. El reglamento obligó a repetir la final por completo. Dos días más tarde, los equipos volvieron a verse las caras, esta vez con victoria italiana por 2-0 y su primer gran título internacional.

La semifinal y la final de la Eurocopa de 1968 fueron los momentos en los que de repente se hizo patente la necesidad de un método más decisivo y basado en la habilidad.
Aquel momento surrealista puso de manifiesto que el fútbol carecía de un sistema de desempate adecuado y sentó las bases para la introducción de la tanda de penaltis, una solución que desde entonces ha suscitado tanto celebraciones como controversias.
La introducción de la tanda de penaltis
La idea de decidir un partido mediante una serie de lanzamientos desde los 11 metros ya se había propuesto varias veces antes de la Eurocopa de 1968, pero no fue hasta 1970 cuando se adoptó oficialmente.
El árbitro alemán Karl Wald, a quien a menudo se atribuye el desarrollo del formato moderno de la tanda de penaltis, propuso la idea a la Asociación Bávara de Fútbol en 1970. Rápidamente se impuso en las competiciones nacionales y pronto se probó en partidos internacionales.
La UEFA introdujo la tanda de penaltis en las competiciones europeas a partir de la temporada 1970/71. El primer partido oficial de la máxima categoría que se decidió en una tanda de penaltis fue el que enfrentó al Honved húngaro y al Aberdeen escocés en la Recopa, en septiembre de 1970.
Poco después, la FIFA introdujo la tanda de penaltis. El primer gran torneo internacional en el que se recurrió a la tanda de penaltis fue la Eurocopa de 1976.
La final de aquel torneo, entre Checoslovaquia y Alemania Occidental, se decidió en la tanda de penaltis, que terminó con el emblemático gol de Antonin Panenka, un momento que desde entonces se ha convertido en leyenda.
El hecho de que fuera una de las primeras grandes tandas de penaltis hace que el gol de Panenka sea aún más admirable.
Momentos de gloria y angustia: Tandas de penales célebres
Desde su introducción, las tandas de penaltis han proporcionado algunos de los momentos más inolvidables y emotivos de la historia del fútbol. Desde sorpresas asombrosas hasta derrotas aplastantes, han quedado grabadas en el folclore de este deporte.
Final de la Copa Mundial de 1994: Brasil contra Italia
Una de las tandas más emblemáticas se produjo en la Copa Mundial de 1994. La final de Pasadena fue la primera de un Mundial que se decidió en una tanda de penaltis. Tras un empate sin goles, Brasil se impuso por 3-2 mediante esa vía.
La imagen decisiva se produjo cuando Roberto Baggio, la estrella de Italia, lanzó el último penalti por encima del larguero. Su fallo se convirtió en un símbolo de la cruel naturaleza de las tandas de penaltis: un tiro puede definir o destruir una carrera.
Final de la Liga de Campeones 2005: Liverpool - AC Milan
Tras remontar un 3-0 en contra en lo que se conoció como el 'Milagro de Estambul', el Liverpool forzó la prórroga y acabó imponiéndose al AC Milan por 3-2 en una dramática tanda de penaltis.
Fue un final de cuento que encumbró la leyenda del club y consolidó el estatus de la tanda como escenario de la mitología futbolística.
Los penaltis y su futuro
A pesar de estos momentos memorables, la tanda de penaltis sigue siendo controvertida.
Los críticos sostienen que reduce un deporte de equipo a una serie de duelos individuales que no reflejan el rendimiento global. Otros creen que es una prueba adecuada de nervios y habilidad bajo presión.
Se han propuesto alternativas, como los goles de oro, la prórroga o incluso los algoritmos estadísticos, pero ninguna ha sustituido el dramatismo o la claridad que ofrece la tanda de penaltis.
En definitiva, aunque nunca parezca del todo justa, se ha convertido en una parte inseparable del fútbol moderno.
Tanto si se mira entre los dedos como si se aguanta la respiración en las gradas, una cosa sigue siendo cierta: ningún otro momento del juego capta tan perfectamente la delgada línea que separa la agonía del éxtasis.