"Contra su naturaleza": Cuando Brasil prohibió a las mujeres jugar al fútbol

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"Contra su naturaleza": Cuando Brasil prohibió a las mujeres jugar al fútbol

La entrenadora de fútbol femenino Dilma Mendes, de 59 años, posa para una foto en la Escuela de Fútbol Arena 2 de Julho, en Camacari.
La entrenadora de fútbol femenino Dilma Mendes, de 59 años, posa para una foto en la Escuela de Fútbol Arena 2 de Julho, en Camacari.AFP
Dilma Mendes no recuerda cuántas veces la detuvieron de niña. ¿Su delito? Jugar al fútbol en Brasil.

El país es sinónimo del deporte rey, pero prohibió a las mujeres practicarlo durante casi cuatro décadas, hasta 1979.

En vísperas de la Copa Mundial Femenina que comienza la semana que viene en Australia y Nueva Zelanda, donde Brasil estará en acción, Mendes recordó hasta dónde llegó para cumplir su sueño de convertirse en futbolista.

De niña, en la década de 1970, daba helados a los niños con los que jugaba en Camacari, en el empobrecido nordeste de Brasil, a cambio de que le avisaran antes de la llegada de la policía que perseguía a las niñas que se burlaban de la prohibición.

Solía cavar un agujero junto al campo para esconderse hasta que se marchaban los agentes, y luego volvía a salir para seguir jugando al balón con sus amigos.

Cuando la dejaban, que no siempre era el caso.

La seleccionadora de fútbol femenino Dilma Mendes, de 59 años, da instrucciones durante un entrenamiento.
La seleccionadora de fútbol femenino Dilma Mendes, de 59 años, da instrucciones durante un entrenamiento.AFP

A veces, todas sus precauciones fallaban y Mendes era llevada a comisaría.

"Cuando era niña pensaba que la policía detenía a los que hacían algo malo, y yo no tenía la sensación de estar haciendo nada malo", cuenta a la AFP Mendes, que ahora tiene 59 años.

"Los policías me trataban bien, pero algunos decían que no podía jugar porque el fútbol era para hombres".

El entonces presidente Getulio Vargas promulgó un decreto en 1941 para prohibir el fútbol a las niñas y las mujeres, en una época en la que muchos creían que la participación en el deporte podía inhibir la capacidad de procrear.

El decreto prohibía a las mujeres practicar "deportes incompatibles con las condiciones de su naturaleza".

No se mencionaban sanciones específicas, lo que dejaba en manos de cada agente la decisión de cómo tratar a los infractores.

Las asociaciones de fútbol de otros países, como Gran Bretaña, Alemania y Francia, también prohibieron la práctica de este deporte a las mujeres, pero la prohibición de Brasil fue la única decretada por ley.

Permaneció en vigor hasta 1979.

Aunque muchas como Mendes siguieron jugando, los 38 años de prohibición frenaron el desarrollo del deporte entre las mujeres brasileñas durante un periodo en el que sus homólogos masculinos levantaron tres de sus cinco Copas del Mundo.

La entrenadora de fútbol femenino Dilma Mendes, de 59 años, posa para una foto con el pie sobre un balón en la Escuela de Fútbol Arena 2 de Julho, situada en la ciudad de Camacari, estado de Bahía, Brasil.
La entrenadora de fútbol femenino Dilma Mendes, de 59 años, posa para una foto con el pie sobre un balón en la Escuela de Fútbol Arena 2 de Julho, situada en la ciudad de Camacari, estado de Bahía, Brasil.AFP

Golpeadas por jugar

La prohibición se produjo en una época socialmente conservadora en la que las mujeres eran vistas como "figuras maternales reservadas al espacio doméstico", una construcción que su presencia en un campo deportivo desafiaba frontalmente, según la investigadora deportiva brasileña Silvana Goellner.

No hay constancia de que las mujeres fueran a la cárcel por infringir el decreto, pero se las detenía y sólo se las ponía en libertad tras interrogarlas.

Muchas "nunca dejaron de jugar" a pesar de la amenaza de arresto, dijo Goellner, coautora de un libro sobre el tema. "Crearon estrategias para burlar la ley".

Algunas se vestían de hombre, otras jugaban de noche o en lugares ocultos a la vista del público. Cuando las pillaban, se dispersaban en distintas direcciones para confundir a sus perseguidores.

La entrenadora de fútbol femenino Dilma Mendes, de 59 años, posa para una foto en la Escuela de Fútbol Arena 2 de Julho.
La entrenadora de fútbol femenino Dilma Mendes, de 59 años, posa para una foto en la Escuela de Fútbol Arena 2 de Julho.AFP

Pero muchas no podían eludir un ajuste de cuentas mucho más cercano: sus familias.

Mendes recuerda estar sentada en la comisaría rezando para que su padre, que apoyaba su pasión, fuera quien la buscara.

Si era su madre, podía contar con una paliza por practicar un "deporte de hombres", dice la menor de siete hermanos, cinco de ellos varones.

"Era duro llegar a casa y que tu madre y tus hermanos te pegaran y al día siguiente tuvieras que estar lista para volver a jugar", recuerda Mendes.

"Vi a muchos amigos dejar el fútbol por culpa de ese cruel proceso".

Pero nunca se rindió, y se labró una modesta carrera en el fútbol sala -una variante del fútbol que se juega en una cancha pequeña, a menudo bajo techo- y en el fútbol profesional, cuando se abrió oficialmente a las mujeres en Brasil en 1983, en medio de crecientes reivindicaciones por la igualdad de derechos.

La entrenadora de fútbol femenino Dilma Mendes, de 59 años, participa en una sesión de entrenamiento en la Escuela de Fútbol Arena 2 de Julho.
La entrenadora de fútbol femenino Dilma Mendes, de 59 años, participa en una sesión de entrenamiento en la Escuela de Fútbol Arena 2 de Julho.AFP

Nunca tuvo una oportunidad

Tras retirarse como jugadora en 1995, Mendes se dedicó a entrenar y ayudó a descubrir a Formiga, una legendaria ex centrocampista de la selección femenina de Brasil.

También entrenó a las brasileñas hasta la victoria en el campeonato mundial de fútbol 7 de 2019.

Brasil tenía "grandes jugadoras" que nunca tuvieron una oportunidad, lamentó Mendes a posteriori de la "cruel" prohibición, que también ha supuesto un historial muy irregular del fútbol femenino en el país sudamericano.

Pero las cosas han cambiado, y ahora la "Selecao" se prepara para participar en su novena Copa Mundial Femenina.

Lo harán bajo la batuta de la veterana capitana Marta, que ha marcado más goles en la Copa Mundial (17) que ningún otro jugador, hombre o mujer.

La mejor actuación de Brasil en el certamen, que se celebró por primera vez en 1991, fue en 2007, cuando cayó en la final ante Alemania.