Centro de datos del Fluminense-Chelsea
Poderoso caballero es Don Dinero. El Chelsea lo tiene por castigo divino y por eso es capaz de fichar en pleno Mundial a un delantero por 63 millones de euros y que, seis días después, en su primer partido como titular, le dé el pase a la final con un doblete. Eso es lo que hizo Joao Pedro. Para más inri, se lo marcó a su exequipo, en el que se formó antes de dar el salto a Europa. El primer chicharro, poco después del cuarto de hora de partido, fue espectacular. Una rosca de folha seca que superó al veteranísimo Fábio. La torcida brasileña fue silenciada por unos instantes mientras el goleador, que estaba de vacaciones antes de su fichaje, pedía perdón por arruinar la ilusión del conjunto que lo formó.
Cucurella: "En mi casa, no"
Fue el 0-1 la consecuencia del dominio de los de Maresca, que quiso la bola aun a sabiendas de que el rival se sentía cómodo defendiendo con su línea de cinco. No generó mucho, apenas un disparo de Enzo que detuvo el portero, pero con lo de Joao Pedro fue suficiente.
Pero igual que su afición volvió a la carga tras sacar de centro, así lo hicieron también los pupilos de Renato Gaúcho. Hércules, una fuerza sobrenatural como el mito griego, desplegó toda su fuerza y clase para plantarse ante Robert, que salió tarde, y colarle el balón entre las piernas. Mas cuando el empate ya se celebraba apareció Cucurella para evitarlo justo sobre la raya de gol. Por los pelos, nunca mejor dicho.
No desesperó el Fluminense, el único bastión no europeo en las semifinales, y siguió intentándolo hasta que apareció Chalobah con una mano demasiado suelta. El árbitro no dudó en decretar penalti con la misma energía con la que, tras consultar el VAR, lo anuló por "posición natural". Discutible cuanto menos. Así que el gozo en un pozo para los brasileños y el empate que no llegó. En parte porque ya en la recta final Hércules se dejó el balón atrás cuando se quedaba solo ante Robert Sánchez. Incluso tuvieron los sudamericanos un susto con ese demonio -en el buen sentido de la palabra, que lo hay- de Pedro Neto. Thiago Silva evitó lo que podría haber ya matado el partido.
Joao Pedro vuelve a pedir perdón
La segunda mitad comenzó con la lentitud de los Blues, que no querían arriesgar, y con un Flu que seguía confiando en su sistema de 5-4-1. Cuando Renato vio que sus jugadores no creaban peligro, movió ficha para, por primera vez en el Mundial, quitar un defensa y poner un segundo delantero. Everaldo, recién entrado, estuvo a punto de darle la razón, pero Robert lo impidió. E inmediatamente después, en una contra de dos (del Chelsea) ante cuatro, Joao Pedro volvió a pedir perdón después de marcar el 0-2 con un misil ante el que nada pudo hacer Fábio. Es que hay que poner la cámara lenta para ver el balón. Fue su último servicio en el encuentro antes de ser sustituido por Nicolas Jackson, ex del Villarreal.
Aún quedaba tiempo para soñar con la remontada. Pero la depresión en los de Río de Janeiro les impidió generar el fútbol que necesitaban. Es más, no recibieron el tercero de milagro porque los ingleses se hincharon de correr al contragolpe. Y porque, entre otros, Jackson pecó de chupón cuando tenía a Palmer solo para empujar a puerta vacía. Por fortuna para él, no sufrieron en exceso y el Chelsea peleará por la corona de campeón del mundo.
Jugador Flashscore del partido: Joao Pedro (Chelsea).
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