Fue como un déjà vu. En el estadio, Kylian Mbappé volvió a hacer de las suyas. Entró en el campo en la segunda parte y, gracias a sus cualidades individuales, dio la ventaja a su equipo y dio la impresión de que iba a volver a ser el salvador del PSG en la Ligue 1. Desde hace algo más de dos temporadas, la "especialidad" del París Saint-Germain consiste en dejar la suerte de los partidos en manos del artillero de Bondy. Muchas victorias han sido arrebatadas de las fauces de la victoria por el francés, y fueron estos goles tardíos los que sin duda ayudaron a los parisinos a levantar el título el año pasado. Este fin de semana en Toulouse, a pesar del disfraz de superhéroe, el gol de Mbappé no fue suficiente.
Por el momento, Luis Enrique no estructura un dibujo convincente. El PSG, aunque maneja de forma adecuada la posesión de la pelota, carece de profundidad. En ataque, el frente ofensivo perdió a Messi y a Neymar, dos jugadores que a pesar de encontrarse lejos de su mejor versión eran complementos tácticos interesantes para Galtier, antiguo entrenador de los parisinos.
En el 78% de posesión que tuvo el París contra el Lorient, el número de disparos realizados por el PSG fue de 20, con una sola "gran ocasión" de gol (en la segunda parte). En la primera parte contra el Toulouse, los parisinos tuvieron un 79% de posesión y realizaron ocho disparos. Desde el momento en que Kylian Mbappé sustituyó a Kang-in Lee, en el minuto 51ᵉ, el París creó el mismo número de intentos (ocho) con dos "grandes ocasiones" de gol. No es enorme, pero, marca la diferencia.
Luis Enrique tendrá que ser paciente. Los jugadores, por su parte, seguirán trabajando para lograr una armonía perfecta sobre el terreno de juego que les permita desarrollar todo el potencial de este equipo. Queda mucho trabajo por hacer, pero Roma, como París, no se construyó en un día. En el frente de las buenas noticias, la forma en que están jugando los parisinos y la manera en que están liderando la línea hasta ahora demuestran que el trabajo va en la dirección correcta. El año pasado, bajo la batuta de Christophe Galtier, fue un caos total y tuvimos que confiar en Kylian Mbappé para salvar el día. Después de dos partidos, el delantero nacido en Bondy volvió a ser protagonista por primera vez esta temporada en competición oficial. Sin embargo, no cabe duda de que con el tiempo sabrá aprovechar al máximo el fútbol que le ofrece el técnico español y alcanzar su plenitud futbolística.