Cuando un joven de 18 años llamado Kepler Laveran Lima Ferreira llegó a la isla de Madeira en 2001, pocos habrían imaginado que se convertiría en uno de los principales defensas del fútbol portugués del siglo XXI. Y quizás menos aún habrían pensado que 23 años después seguiría siendo considerado uno de los miembros clave de un Oporto que lucha por el título y brilla en Europa.
La declaración
Nacido en Maceió, Pepe llegó a Portugal para jugar en el Marítimo, donde debutó con el equipo B en la entonces tercera división. No fue hasta la temporada siguiente (2002/03) cuando se afianzó en la plantilla principal del conjunto isleño, donde también estaba Mitchell van der Gaag, actual ayudante de Erik ten Hag en el Manchester United, en el centro de la defensa.
Sólo tardó dos temporadas completas en llamar la atención del campeón de Europa, el FC Porto. Recién conquistada la Liga de Campeones con José Mourinho y sometido a un importante proceso de reestructuración, Pepe fue elegido para sustituir a Ricardo Carvalho (que se había marchado al Chelsea) y renovar un centro de la defensa en el que figuraban nombres como Jorge Costa y Pedro Emanuel.
No fue hasta la temporada siguiente (2005/06), con Co Adriaanse al timón, cuando se hizo un nombre definitivo. Ayudó a los Dragones a ganar dos campeonatos consecutivos antes de que el Real Madrid ofreciera 30 millones de euros para comprarlo.
El estrellato mundial
2007 fue quizá el año más notable de la carrera de Pepe. Traspasado al Real Madrid, el central se nacionalizó portugués y, en noviembre, vistió por primera vez la camiseta de los Quinas (lo haría 133 veces más), en un partido de clasificación para la Eurocopa 2008 contra Finlandia. Es el quinto jugador nacionalizado que logra esta hazaña.
Fue el principio del ascenso de Pepe a la categoría de central de talla mundial. En las 10 temporadas que pasó en el Madrid, formó una exitosa dupla con Sergio Ramos, y también demostró su polivalencia cuando fue utilizado por José Mourinho en el centro del campo para intentar frenar las incursiones de Messi en un Barcelona considerado el mejor de la historia.
Su paso por el Madrid ha traído títulos (tres Ligas de Campeones, una Supercopa de Europa, dos Mundiales de Clubes, tres campeonatos, dos Copas del Rey y dos Supercopas de España), pero también el infame episodio en el que propinó una patada a Casquero en un choque contra el Getafe en 2009. Dejó huella en la memoria colectiva y se ganó una mala fama, injusta para un central impetuoso pero correcto a la hora de encarar.
La reforma que se convirtió en récord
Al verano siguiente de proclamarse campeón de Europa con Portugal (donde fue el mejor jugador de la final), Pepe empezó a perder terreno en el Real Madrid. Raphael Varane y Nacho Fernández ganaron peso en las opciones de Zidane y el central portugués se vio obligado a marcharse a Turquía, donde pasó media temporada en el Besiktas.
En enero de 2019 regresa a Portugal, a la casa que le dio el impulso para una exitosa carrera. Fue presentado como central del Oporto a los 35 años. Muchos hablaban ya de una posible retirada, de un adiós pronto a los terrenos de juego con la camiseta blanquiazul.
Han pasado seis años y Pepe sigue siendo indispensable para Sérgio Conceição. Ha sumado dos campeonatos más, dos Supercopas, tres Copas de Portugal y ha ayudado al club a conquistar la primera Copa de la Liga de su historia.
Es el jugador de campo más veterano de la historia de la Liga (sólo superado por los porteros Rafael Bracalli, 42 años y 15 días, y Quim, 42 años, dos meses y un día) y ostenta el mismo récord en la Liga de Campeones (fase de grupos y eliminatorias), alcanzado esta temporada.
El sueño europeo
A sus 41 años, parece que por fin se pone al día con la edad. Varios problemas físicos han marcado la 2023/24, con especial incidencia de las lesiones cuando fue convocado con la selección. Sólo jugó un partido en la fase de clasificación para la Euro 2024 y ahora se enfrenta a la competencia de Rúben Dias, Gonçalo Inácio, António Silva y Danilo Pereira, que son las apuestas constantes de Roberto Martínez en el centro de la defensa.
Si lo consigue (y no hay duda de que puede) disputará la quinta Eurocopa de su carrera (2008, 2012, 2016 y 2020), su décima competición continental con Portugal (Mundiales de 2010, 2014, 2018, 2022 y Copa Confederaciones de 2017). Cifras estratosféricas para un central que ha marcado, y sigue marcando, a una generación.