"Para mí esto es una locura, venir a Tigres es una de las cosas que más deseaba y espero disfrutar mucho de esta afición", dijo al llegar al aeropuerto. "Para mí es algo especial y un reto porque yo quiero ganar en México", agregó.
Jenni Hermoso, de 33 años de edad, fue recibida con cánticos y ovaciones por decenas de aficionados de Tigres, equipo que en el Clausura defenderá el campeonato ganado en el pasado Apertura.
Sobre el animado recibimiento, la ex de Barcelona y Atlético de Madrid comentó lo siguiente: "No me lo esperaba, es algo que se tiene que vivir para poder decir lo que siento y ojalá pueda ayudar mucho al equipo, marcar muchos goles".
La atacante subrayó la jerarquía de su nuevo equipo, que con seis campeonatos es el más ganador en la historia de la Liga MX Femenil, establecida en 2017.
"Es uno de los mejores equipos que hay en México", comentó la futbolista sobre las llamadas 'Amazonas', y definió a la afición como "una de las mejores". "Quiero disfrutar del fútbol y ganar títulos aquí", apuntó.
"Clase" y "toque"
La española jugará su cuarto torneo al otro lado del charco, después de pasar tres campeonatos semestrales con las 'Tuzas'.
"Es un compromiso y una responsabilidad. Ahora me queda dar lo mejor de mí para ayudar a que vengan muchos trofeos", añadió la madrileña, que aterriza en un club que no pierde desde la segunda quincena de octubre.
El sábado por la noche, en el comienzo del torneo, las suyas se enfrentaban como local al Atlético San Luis (1-0).
Antes del partido en el estadio Universitario, Jenni fue presentada como refuerzo junto con las delanteras Thembi Kgatlana, de Sudáfrica, y la mexicana Alison González.
En el acto, un maestro de ceremonias resaltó la dilatada trayectoria de la española.
"Una jugadora que en el apellido lleva la clase y lo exquisito de su toque", apuntó el presentador, quien la describió como una deportista que "no sólo hace goles sino que crea oportunidades".
Hermoso se sumó a las 'Amazonas' después de que el martes reiterara en Madrid, ante un juez, que el beso forzado que recibió de Luis Rubiales, expresidente de la Real Federación Española de Fútbol, no fue "en ningún momento consentido".